Columna de Opinón / Gabriel Sánchez Andraca
La Ley Ácida, o sea la agresión a mujeres mediante sustancias químicas que deformen la piel o sustancias inflamables, se tomará como intento de feminicidio, y su pena será de hasta 40 años de cárcel y elevada multa, fue aprobada recientemente por el Congreso del Estado, pero es perfectible, afirma el legislador priísta Néstor Camarillo Medina.
Falta establecer la reparación del daño y el presupuesto correspondiente.
Esta ley es sumamente importante, sobre todo porque los casos de agresiones a mujeres con sustancias químicas o inflamables en Puebla han sido frecuentes, ocupando el tercer lugar después de la ciudad de México y el Edomex.
Además, la justicia ha fallado en varios de los casos ocurridos aquí. Esmeralda Millán, quien afirma que la agresión que sufrió le cambió totalmente la vida, señala que su agresor fue detenido después de cinco años de cometido el delito y a pesar de eso, catorce veces han sido retrasadas por diversas causas las audiencias para juzgarlo, «catorce veces».
En otro caso se relató que la justicia actual ha dejado en libertad a un agresor, pese a que la agresión fue premeditada y planeada, como se ha confirmado.
Los agresores generalmente son las parejas o ex parejas de las mujeres agredidas.
Por todo lo anterior y para evitar injusticias, los legisladores están obligados a estudiar a fondo el problema y perfeccionar la ley de la materia, a fin de que estos casos se resuelvan pronta y expeditamente, como debe ser.
En la forma en que se ha venido actuando, las mujeres agredidas además de que muy raras veces se reponen de la agresión, tienen que estar lidiando para que se les haga justicia, algo que les provoca daños psicológicos difíciles de superar.