Redacción / Izúcar de Matamoros Puebla
En los últimos años, el alza en el precio de la gasolina ha sido un tema abierto para los presidentes, desde Vicente Fox. El panista recibió un litro de gasolina en $5.20 en el año 2000 y lo terminó en $6.74; luego Felipe Calderón siguió con esa tendencia y terminó su sexenio con un precio de $10.81. Por su parte, todo indica que Peña Nieto terminará su gobierno en más de 20 pesos por litro, es decir, un incremento superior al 100% en seis años. Durante la campaña del candidato y el ahora aún presidente Enrique Peña Nieto; prometió que el precio de los combustibles así como el servicio eléctrico no aumentaría, estableciendo el gran proyecto de la Reforma Energética; que si bien es cierto, disminuyó un pequeño porcentaje en el recibo de luz, no amortizó el alza en los precios de los combustibles ,por lo que cada mes los ciudadanos recibían un golpe en sus bolsillos.
Cabe mencionar que antes de dejar la Secretaría de Hacienda, José Antonio Meade hizo el trabajo necesario para liberar los precios de las gasolinas en México para que éstos sean definidos por el mercado, quitando así el control que el gobierno ejercía sobre estos combustibles. Meade, excandidato del PRI a la presidencia de México defiende su decisión porque dice que en nuestro país la gente no paga el precio real de la gasolina y el gobierno ya no debe estar subsidiando este insumo.
1. En el año 2013, cinco de cada 10 litros que se vendían en México venían de Estados Unidos.
2. En el año 2016 de cada 10 litros de gasolina que se comercializaban en México, seis venían de EU.
3. Actualmente, de cada 10 litros, más de 6 vienen de EU, los otros casi cuatro litros se producen solamente en las seis refinerías que tenemos en el país.
El costo de importación es lo que hace más caro este producto para nosotros, y ello sucede con prácticamente cualquier cosa que venga manufacturada de afuera y que se cotice en dólares, ya que eso hace que tenga variaciones para el consumidor final.
Algunos analistas y economistas de México coinciden en que la razón de aumentar el precio de la gasolina fue éste: cubrir el déficit fiscal del gobierno para estabilizar las finanzas públicas debido a que gastó de más. Cualquier gobierno debe mantener un buen equilibrio entre ingresos-gastos, es decir no gastar más de lo que se gana, cuando ocurre lo contrario, es decir, que gasta más de lo que los mexicanos les damos es cuando recurre a préstamos, ya sean nacionales o internacionales.
Los mayores aumentos al precio se han dado en enero y febrero de este año, con incrementos del 3.3% y 3.8% mensual.
La Ciudad de México vio un incremento del 4.6% en el precio de la Magna en febrero, con respecto a enero, al promediar 17.85 pesos por litro. La Premium subió 3.3%, al promediar 19.46 pesos por litro; y el diésel aumentó 3.8%, a 18.42 pesos por litro.
En su comparación anual, los precios también han subido: el promedio nacional para la gasolina Magna aumentó 8.7% en febrero; la Premium, un 6.8%; y el diésel, un 7.9%.
Los mexicanos pagan en promedio de 5 a 6 pesos de impuestos por litro de gasolina Magna, Premium y diésel, lo que representa el 30% del precio final, de acuerdo a cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y la Comisión Reguladora de Energía (CRE).
En 1938, durante el gobierno de Lázaro Cárdenas se nacionalizó la industria petrolera y expulsó a las compañías extranjeras, esto finalmente cambió en 2013, cuando el Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, puso fin al monopolio de Pemex sobre las reservas de petróleo de México y abrió una licitación para nuevos arrendamientos costa afuera a empresas extranjeras.
A esto lo siguió la desregulación del mercado doméstico de combustible, con estaciones de servicio BP, Exxon, Mobil, Shell y Total en todo el país, todo esto ha coincidido con un aumento en los precios de la gasolina, por lo que es comprensible que algunos mexicanos miren con nostalgia al monopolio de Pemex.
Cabe destacar que En Estados Unidos, los precios de la gasolina han bajado 33 por ciento en los últimos seis años. En México, subieron 64 por ciento (en pesos) durante el mismo período.
El alza del precio de la gasolina afecta a la ciudadanía en general, porque como ya se sabe “si sube la gasolina sube todo”, Los comercios son los más afectados, ya que pese al exorbitante incremento, ellos no pueden aumentar en la misma proporción los precios de sus productos ya que las ventas disminuirían más y por consiguiente sus ganancias.
En entrevista con Raymundo Estrada, de ocupación comerciante, éste señaló que anteriormente llenaba el tanque de sus unidades con menos de mil pesos y ahora lo hacen con casi dos mil, un incremento del más de 50 por ciento, mismo que no se ve reflejado en las ganancias.
Mencionó que esta situación le ha generado pérdidas de al menos 40 por ciento, y aunado a ello, aseguró que le afecta el precio del dólar, ya que su mercancía es importada, sin embargo él no puede incrementar mucho el valor de la mercancía ya que para el consumidor final va a ser difícil adquirirlo y por consiguiente las ventas disminuirían.
Precisó que este problema afecta no sólo a ellos como comerciantes, sino a toda la población, ya que el combustible es utilizado para transportarse de un lugar a otro.