Por: Alejandro Pantaléon Calixto
El dato más antiguo documentado sobre el origen del nombre de Xayacatlán lo podemos encontrar en el Lienzo de Tlaxcala, atribuido al cronista Muñoz Camargo, que se calcula fue elaborado entre los años 1530 al 1540. La descripción más confiable del lienzo es que era de algodón, de 5.15 metros por 2.20 metros, constituido por 86 cuadros.
En 1585, Diego de Muñoz Camargo entregó a Felipe II su obra Descripción de la ciudad y de la provincia de Tlaxcala de las Indias y mar Oceáno para el buen gobierno y ennoblecimiento de ellas, que contiene 80 escenas similares a las del Lienzo de Tlaxcala; hoy es conocido como “Manuscrito de Glasgow”.
Atento a expertos nahuatlatos y que el idioma también es fuente de historia, la palabra Xayacatlán se desintegra del vocablo Xayacat –rostro o cara- y tlan, lugar. Tomando en cuenta que el náhuatl es un idioma aglutinante, pudiéramos interpretar como “lugar de o tierra de cara o rostro”. Existiendo la otra acepción de Xayac –máscara- y tlan, lugar, que significaría “lugar de la máscara”.
Otra diferente etimología es Xayaca -mosca- y tlan, lugar, que bien definiríamos como “lugar de moscas”, situación nada apartada de la realidad, en razón de que en este municipio existe un lugar donde se asienta un poblado denominado Sector Mosco.
Antecedentes históricos
El primer dato registrado de Xayacatlán lo podemos encontrar en la “Relación de los pueblos de Acatlán, Chila, Petlalzingo, Icxitlán y Piaztla”. Existe un texto que a la letra dice:
“En el pueblo de Acatlán de la provincia de la misteca baxa desta nueba España y en dos días del mes de enero de mil e quinientos y ochenta y un años, yo Juan de Vera Alcalde mayor por su magestad deste dicho pueblo para hacer la narración y descripción su magestad manda por su ynstruicion ympresa que me fue entregada por mandado de su muy ylle”.
Siendo el escribano Francisco de Espinosa y por intérprete a Juan Vázquez, persona que sabe y entiende las lenguas mixteca y mexicana. Que entre otros particulares se menciona: “Estancia de Xayacatlán cuesta cuatro leguas de la cabecera”.
Si bien es cierto que la fundación formal de este antiquísimo pueblo mixteco se origina mediante Decreto del Rey Felipe V de España en 1688-89, en 1703 se hace un deslinde al mapa adjunto del ordenamiento anterior. Dos siglos más tarde, en 1891, después de adquirir nuevos predios, hacen una repartición material entre 446 jefes de familia.
El cambio de la parroquia
Mucho se ha dicho sobre el cambio de la parroquia de Santa María Totoltepec al pueblo de San Jerónimo Xayacatlán, pero la mayor parte de la información que llega hasta nuestros días es por medio de la tradición oral, en donde los acontecimientos, fechas y nombres se han confundido y en algunos casos tergiversado.
Lo que sí es posible demostrar es que existieron desavenencias entre párrocos y habitantes del pueblo de Totoltepec de Guerrero, y que en 1856 vecinos de San Jerónimo y el juez mayor, solicitaron al gobernador de la sagrada Mitra la traslación de la parroquia de Totoltepec a su municipio, lo cual se llevó a cabo el 18 de mayo de 1904.
El templo de San Jerónimo Xayacatlán
El templo parroquial es una maravillosa obra de arquitectura, espaciosa, de tres naves, con una sola torre esbelta, en su interior pueden apreciarse esculturas y pinturas de gran valor artístico. Esta magna obra se inicia en el siglo XVIII, realizada con mano de obra de albañiles que vinieron de Cholula. En 1838 el señor don Manuel María Díaz de Guzmán donó fuertes cantidades de dinero para la terminación del templo.
La torre fue construida de 1846 a 1851 por albañiles que llegaron de Tecali, trabajo iniciado bajo la supervisión del cura don Miguel Gatica, con el diseño original de don José María Rodríguez, con un costo aproximado de 2 mil 473 pesos con tres reales. En ese mismo año se fundió la campana mayor y auxiliares, las que tuvieron un costo de mil 331 pesos.
Cabe aclarar que, aunque estos datos se obtuvieron de archivos eclesiásticos, lo cierto es que la campana mayor tiene grabado el año de 1850, con el nombre del fundidor Gregorio Bazán, de Acatlán. Por lo que respecta a la casa cural, se inició su construcción el 1° de noviembre de 1868 y se terminó el 31 de marzo de 1869. Los muros del atrio se construyeron de los años 1871 a 1873.
El órgano tubular aún se encuentra en funcionamiento y fue realizado por el poblano Zeferino Castro, con un costo de mil 200 pesos. El decorado y pintura de la bóveda y pinturas laterales se realizaron en septiembre de 1881, a iniciativa del cura don Manuel Rosales, encargando esta obra artística al pintor huajuapeño don Manuel Zamora.
Mención aparte merece la construcción de una pila bautismal hecha en 1819, de piedra de cantera, muy parecida a la que se extrae de Santa Cruz Nuevo, del municipio de Totoltepec de Guerrero, el otrora Tlachichilco. Existe en el altar Mayor un señor Cristo crucificado con el título de Señor de la Clemencia, esculpido en Francia, al que se venera desde el 11 de agosto de 1830.
El Carnaval Mixteco Jo´ Lo
Sin lugar a dudas una de las tradiciones más arraigadas en la región mixteca es el carnaval. Si bien es cierto que entre una comunidad y otra existen diferencias muy marcadas, también es cierto que comparten elementos comunes como la alta capacidad de organización previa a este evento.
Uno de los mayores exponentes de esta expresión artística y cultural se puede apreciar en el municipio de San Jerónimo Xayacatlán, el otrora Ñuu Sa’a, el cual se presenta el día domingo, previo al Miércoles de Ceniza: grupos de danzantes (jo’ los) todos ellos dirigidos por capitanes, quienes llevan la cuestión administrativa y de logística que incluye comida, sus preparativos, contratación de músicos, lonas, allegarse de recursos económicos y materiales para su respectiva presentación.
En el caso concreto, los grupos El Llano, capitaneado por el maestro Francisco González Rosas y Raúl Martínez Ramírez, entre otros; el del Barrio de San Pedro o Barranca Salada, el otrora Yui te uha, Santo Domingo Tonhuixtla y Gabino Barreda, además del antiguo Yucu yusi’i, se dan cita en las principales calles y plazas públicas de esta población para danzar y bailar.
Con la riqueza y variantes del idioma mixteco, encontramos también algunas diferencias en el nombre que se le da al carnaval, el término más común es jo’lo, pero igualmente son aceptadas las expresiones tee jo’lo, o mii tee jo’lo y en otros pueblos vecinos ko’lo.
La mayoría de la gente concuerda con que esta manifestación llena de costumbre y tradición cuenta con cien años de antigüedad aproximadamente, excepto en el municipio de Totoltepec de Guerrero, que a decir del capitán Reynaldo Santos Marcial, este año (2018) dicho carnaval cumplió 120 años.
Coinciden igualmente los lugareños que el carnaval llegó a estas tierras mixtecas, como consecuencia de la migración de sus habitantes a otros estados como Veracruz y Oaxaca, y que al retornar a su lugar de origen le agregaron elementos muy característicos que lo hacen único en su género. Aunque esta festividad inicia el domingo anterior al Miércoles de Ceniza, es el martes cuando se realizan las actividades, coordinadas por sus capitanes, que mantienen ocupada a toda la población.
En las primeras horas de este día se reúnen en la casa de personas designadas con un año de anticipación, para sacrificar a los chivos, preparación de tortillas y alimentos para atender a los danzantes, como ellos mismos se llaman: “Soy carnaval”. Al mediodía sirven de comer un caldo que le llaman “sangrita” que consiste en la sangre y los intestinos hervidos, acompañado de las vísceras de los chivos, con unas deliciosas y enormes tortillas elaboradas a mano por las mujeres mixtecas.
Entre la música exclusiva de carnaval, se pueden escuchar los siguientes temas: La Marcha, Son Chico, Son Grande, El Mecate, La Cruz, Aoaxacado, El Torito, El Colás y otros sones que no tienen nombre. Los danzantes van disfrazados de todas las figuras imaginables, no hay reglas. Eso sí, el baile tiene coreografía; no se puede bailar a libre estilo, no se baila como se quiera o como se pueda.
Los “carnavales” o danzantes, son llamados por medio de un cuerno de res, así se dan cita en el centro de la población para ir a bailar a una casa particular a la que previamente fueron invitados, donde se les ofrece de comer ditanduchi (tortillas enfrijoladas). Al llegar la noche regresan al centro de la comunidad y se les da cenar “cabecita” o “menudo”, consistente en un caldo de panza, patitas y cabeza de los chivos, terminando las actividades de ese día con un baile público.
El Miércoles de Ceniza, a las cinco de la mañana, empiezan los “carnavales” a bailar al ritmo de los instrumentos de cuerdas y metales, al mismo tiempo que junto a la pista de baile encienden una fogata. En este momento empieza un acto poco común: cuelgan un gallo al que, al ritmo de los sones y el baile, le van quitando algunas plumas.
Al terminar de danzar, cuando empieza a salir el sol, le arrancan la cabeza, y después lo arrojan a la hoguera hasta que se quema completamente. Cuentan los lugareños que, en este fuego, anteriormente también se quemaban las máscaras de los participantes. De este fuego se dice “que todo lo purifica”.
Después se desayuna el “mole bueno”, que es un chilate de chivo, la convivencia continúa hasta el mediodía y se sirve de comer chilate de pollo.
*Cronista de San Jerónimo Xayacatlán. Fragmento del artículo “San Jerónimo Xayacatlán”, publicado en el Tomo V del libro “Puebla en la mirada de sus Cronistas Municipales”, Puebla, 2018.
*Bibliografía:
-Archivos parroquiales de la iglesia de Santa María Totoltepec; de la Iglesia de San Jerónimo Xayacatlán y de la Iglesia de San Juan Bautista, en Acatlán, Puebla.
-Archivos Municipales de San Jerónimo Xayacatlán y de la presidencia Auxiliar de Santo Domingo Tonahuixtla, perteneciente al municipio de San Jerónimo Xayacatlán, Puebla.
-Archivos particulares del párroco Senén Mejía Cariño y del arquéologo Alfredo Arellanes, cronista municipal oficial de Chila, Puebla.
-Registro Público de la Propiedad del Distrito Judicial de Acatlán, Puebla. RELACION de los pueblos de Acatlán, Chila, Petlaltzingo, lcxitlan y Píaztla.