Redacción / Puebla, Pue.
Bajo las consignas: «10 de mayo, una madre deja de celebrar, pero no deja de buscar», «10 de mayo no es de fiesta, es de lucha y de protesta», integrantes del colectivo “Voz de los Desaparecidos”, asistieron a la misa impartida por Monseñor Víctor Sánchez Espinoza, arzobispo de Puebla, en la Catedral metropolitana.
El 10 de mayo, muchas mujeres celebran su día mediante un festejo con sus familiares, sin embargo, alrededor de 30 madres se dieron cita en una ceremonia religiosa, para pedir por el pronto encuentro con sus hijos y seres queridos, que les han sido arrebatados.
Esta protesta es un recordatorio del dolor y la injusticia que enfrentan las familias de las personas desaparecidas en todo el país. También es un testimonio de la fuerza y la determinación de estas mujeres, que no descansarán hasta encontrar a sus seres queridos y exigir justicia por sus desapariciones.
A causa de la situación que viven, madres buscadoras pasan este día de celebración como un momento de dolor y protesta. Durante la misa, pidieron por el consuelo y la fortaleza para continuar con su lucha.
Al término de la misa y vestidas con camisetas donde se muestran las fotografías de sus hijas e hijos desaparecidos, las mujeres marcharon hacia el zócalo para establecerse junto a la Fuente de San Miguel Arcángel, llevando consigo pancartas y gritando consignas exigiendo justicia y el regreso de sus familiares desaparecidos.
Una vez en el Zócalo, María Luisa Núñez, quien es fundadora del colectivo, señaló que el festejar este Día de las Madres es un lujo que hoy no pueden darse. “Reencontrarse con sus hijos es el único regalo que estas madres piden. Ellas no necesitan joyas, ropa, comidas en restaurantes, sólo exigen y tienen derecho a abrazar a sus hijos e hijas” expresó María Luisa.