A pesar de que el presidente de México Andrés Manuel López Obrador, siempre lleva la bandera de ser austero, esto no aplica en la vida de sus hijos, pues recientemente se dio a conocer que José Ramón Beltrán, es propietario de dos residencias al norte de Houston con un valor comercial cercano al millón de dólares.
Una de las casas pertenecía Keith L. Schilling, quien se desempeñó como un alto ejecutivo de Baker Hughes, la empresa que tiene contratos vigentes con el gobierno de AMLO por más de 151 millones de dólares en obras para Pemex.
La investigación encabezada por la organización “Mexicanos contra la Corrupción” señala que la residencia tiene 447 metros cuadrados de construcción, cuenta con finos acabados en piedra y madera, cuatro habitaciones, cuatro baños completos, tres lugares de estacionamiento, cocina, sala de estar, un bar, sala de juegos, sala de cine, una alberca al aire libre de 23 metros de largo, ubicada en su enorme patio trasero, con vista al bosque que se encuentra a espaldas de la residencia.
La senadora panista, Lilly Téllez realizó una serie de juicios en contra del hijo mayor del presidente López Obrador, asegurando que debía ser investigado y lo señaló como un “vividor de mujeres”.
“Estamos hartos de que burlen la ley, voraces hijos de la vulgaridad. Debería ser investigado por enriquecimiento ilícito, lavado de dinero y conflicto de intereses. Y que su fachada sea de vividor de mujeres no es delito, es tradición familiar” publicó la funcionaria en su cuenta de Twitter.