Por: Alejandro García Azcué
MLO, es un personaje que en su transitar político siempre estuvo en la mira del gobierno neoliberal, de los grupos políticos y de los poderes de facto; aquellos que reamente mandan en México. Lo dejaron ser, ya que nunca pensaron que llegaría a ser presidente de la República.
Esos grupos pensaron que como aguantó dos fraudes; uno en 2006 con Calderón y el otro en 2012 con Peña Nieto, para el tercero ya no lo soportaría. Sin embargo, la tercera campaña de AMLO, fue más estructurada y fortalecida por el pueblo que ya estaba harto de las acciones de los PRIANISTAS, que destrozaron a nuestro país.
En 2018 ganó la presidencia con más de 30 millones de votos. Su triunfo fue arrollador. Una línea de trabajo de AMLO, fue acabar con la corrupción. Solo por poner un ejemplo; los gobiernos PRIANISTAS exoneraban de impuestos a las grandes compañías, las cuales pagaban de un 0.5% al 7%, cuando la mayoría de los asalariados paga alrededor de un 35%. Todo esto ha afectado el desarrollo de México.
AMLO, también ha derogado algunas leyes que Fox, Felipe Calderón y Peña Nieto, hicieron a la medida de grandes empresas y grupos de poder en detrimento de la Nación. Todo esto ha molestado a empresarios, como Claudio X Gonzáles, o incluso a “pensadores”, como Enrique Krause.
Ahora panista, priistas, y empresarios resentidos por ver afectados sus intereses, han creado un sistema opositor a todo lo que AMLO quiera emprender. Por eso usan todo lo que tienen a su alcance para derrocarlo, pagando periodistas a modo, call center para denostar todo lo que haga, con miles de bots, la difusión de campañas y mensajes en los medios de comunicación y las redes sociales, la organización de grupos opositores y la promoción de movilizaciones de protesta, la provocación a la autoridad, la propagación de noticias falsas y rumores.
Entre otras maniobras, se pretendería deslegitimizar primero y derrocar después al gobierno de la 4T. Estos grupos no toleran que se les cambie el modelo neoliberal que tanto daño ha hecho al país. Poco a poco parte de esas estrategias han ido haciendo mella en el proyecto de la 4T, a tal grado que algunos resentidos retuitean los mensajes que emanan de esos call center, denigrando todo lo que AMLO hace y no hace, porque inventan una sarta de mentiras o verdades a medias, que caen muchas veces en lo ridículo y paranoico.
Solamente demuestran frustración y envidia. Pero esos grupos no entienden que no le hacen daño a AMLO; le hacen daño al país. Gene Sharp, politólogo estadunidense, dice en una de sus tesis, que, en la actualidad, los golpes de Estado mediante la fuerza y las armas son obsoletos, y que hoy se combate con armas sicológicas, sociales, económicas y políticas.
El siguiente paso, es la combinación de todas las formas de sedición: corren rumores, se crea una falsa carestía, se acusa al gobierno de incompetente y se inician causas judiciales injustas contra gobernantes. La última etapa, es la fractura institucional, en la que, según Sharp, las causas judiciales prosperan, los medios de difusión masiva lo apoyan y los gobiernos caen.
Cómo olvidar que los partidos priistas y panistas, que gobernaron el país en los últimos 30 años y que lo endeudaron, saquearon, empobrecieron, y corrompieron, ahora se den baños de pureza, criticando las acciones del actual gobierno y diciendo que ahora sí van a cambiar, y promueven en su propaganda política que volvamos a creer en ellos.
Estamos a escasas semanas de que se realicen elecciones para renovar la cámara de diputados, y AMLO necesita de una mayoría de diputados afines al proyecto de nación que enarbola, para que pueda concretarlo. La oposición ya se está frotando las manos, en razón de que, según sus estimaciones, MORENA perderá la mayoría en la cámara.
Solo nos queda analizar nuestro voto, ejercerlo, y decidir por mayoría, el futuro del país que queremos. Afortunadamente, AMLO, todavía tiene alrededor del 73% de aceptación en la población. Si la oposición mezquina no lo pararon antes, ahora menos, que tiene gran parte del apoyo del pueblo.