Elizabeth Soriano / Tehuitzingo, Pue.
Sin duda una de las fiestas más importantes y representativas de la región, pero sobre todo llena de mucha fe y tradición, es la realizada en honor al Señor de Tejalpa, en el municipio de Tehuitzingo, por lo que, desde hoy 20 de marzo, y en días pasados, ya se encuentra recibiendo a miles de feligreses y peregrinos que visitan la imagen como muestra de gran devoción.
El Señor de Tejalpa, también conocido con el “Cristo Moreno”, “El Señor de los Milagros” o “El Señor de los Migrantes”, es el protagonista de una de las festividades patronales más importantes de la Mixteca poblana y de la entidad, la cual se celebra el quinto viernes de Cuaresma; este año su feria será del 20 al 26 de marzo, siendo el día principal el 24 de este mes.
Se disfruta de la religión y los atractivos del pueblo
La feria en honor al señor de Tejalpa es principalmente religiosa, por lo que en esta celebración no hay jaripeos ni bailes, la festividad se centra en la misa, procesión y visita al santuario; no obstante, esta fiesta tampoco está peleada con lo que tradicionalmente se encuentra en una feria, pues hay centenares de puestos de diversos productos de los que podrán disfrutar tanto en el día como en la noche.
Por ello, los ciudadanos aconsejan a los visitantes que durante la feria provechen para que además de visitar el santuario, disfruten del río, el callejón del barro, la bonita vista de “El pedimento” o cruzar la hamaca; todo esto hace que la estancia en el pueblo sea muy enriquecedora y única la fiesta del señor de Tejalpa.
Fe que mueve a decenas de peregrinos
Movidos por la fe y devoción al Señor de Tejalpa o Señor de “Tejalpita”, miles de peregrinos, así como habitantes de la comunidad de Santa Cruz Tejalpa, del municipio de Tehuitzingo, se dan cita para agradecer una vez más los milagros recibidos durante el año, además de pedir más bendiciones.
Un dato curioso sobre esto es que todo peregrino que visita por primera vez este pueblo, se le conoce como “Nuevo peregrino” y se reconocen por portar una corona de ramas de mezquite hecha a mano y decorada con flores, señal de que por primera vez participa en una peregrinación.
Asimismo, parte importante de esta festividad son los comerciantes, por lo que en las afueras del templo no podía faltar la venta de artículos, principalmente de imágenes religiosas, así como artesanías de los nahuas de Guerrero, y los elaborados con palmas o tejidos realizados por mixtecos y popolocas, y gran variedad de alimentos.
Esta comercialización de productos realizada en el municipio, también permiten un apoyo a la economía de los habitantes, que representa una recuperación ante la crisis económica que dejó la pandemia.
¿Cómo llegó el Señor de Tejalpa al pueblo?
Don Ángel Chávez Aguilar, creyente y vecino de la localidad, expresó que la visita no es casualidad, pues los peregrinos y los habitantes de la comunidad, saben y han vivido en carne propia los milagros del Señor de Tejalpa, y conocen inclusive cómo es que la imagen llegó al pueblo.
Contó que todo inició en un lugar llamado La Cofradía, donde hacían tejas: ahí fue donde arribó un hombre a la casa de un matrimonio muy humilde, pidiendo que le dieran hospedaje en su vivienda, pues se encontraba cansado y era muy tarde para que continuara su recorrido.
Ante esto, el matrimonio aceptó darle hospedaje en su vivienda para su descanso, pero el hombre al ver una cruz de madera que tenían, les propuso hacer un Cristo para que fuera colocado en la cruz; la familia de inmediato dijo que no tenía los recursos suficientes para comprarlo, por lo que el forastero les mencionó que se lo realizaría sin ningún costo, lo que llevó a que aceptaran la propuesta.
Don Ángel relató que el hombre se puso a trabajar durante toda la noche para terminarla, por lo que a la mañana siguiente el matrimonio se levantó y observó que el forastero ya no se encontraba, pero dejó la imagen colocada en la cruz.
Desde ese momento, la familia consideró que se trataba de un milagro, por lo que la regalaron a la comunidad de Tejalpa para que todos se enteraran de qué había pasado, además de que querían que cualquiera pudiera visitarlo.