Abraham Onofre/Acatlán de Osorio, Pue.
Entre llantos y reclamos de justicias, familiares y amigos dieron el último adiós a Alberto Flores Morales (53 años) y Ricardo Flores Rodríguez (21años), quienes fueron quemados vivos luego de ser señalados de intentar secuestrar a un niño en la comunidad de San Vicente Boquerón; sin embargo, las autoridades descartaron que ellos se dedicaran a delinquir.
Con un rostro cansado y lleno de lágrimas, Petra Elia García, madre y abuela de las víctimas, informó que salieron el miércoles con destino a la comunidad de San Vicente Boquerón para comprar material y poder construir una barda en casa de su familia.
Señaló que Alberto era un hombre de familia y padre de una niña de dos años. Ricardo era estudiante de derecho y residía en Jalapa pero durante estos días estaba de vacaciones en casa de su abuela.
“Nosotros ahorita tenemos este dolor, ellos estarán muy tranquilos que ya hicieron su maldad, pero hay un Dios que les hará pagar su maldad, yo quiero que limpien el nombre de mis difuntos”, declaró Petra Elia García.
En tanto, Jazmín Sánchez, la viuda de Alberto, declaró que su esposo era un hombre trabajador: “era campesino, albañil, el trabajito que a él le saliera para llevar el sostén a la casa”; asimismo refirió: “no pudimos hacer nada porque la gente no nos dejaba pasar para apagarlos”.
José Guadalupe Flores Rodríguez, hermano y sobrino de las víctimas, intentó dialogar con la gente para que no lincharan a sus familiares, no obstante, solo encontró amenazas de ser linchado.
Ante ello, pidió hablar con el comandante de la Policía Municipal y le dijeron que no estaba, acudió a las oficinas de la presidencia municipal y le dijeron que fuera con “El Canelo”, que vivía rumbo a Amatitlán; entre su desesperación señaló que nunca perdió la esperanza de que todo se esclareciera.
Cuando vio que la camioneta de su tío estaba siendo incendiada, le marcó a su mamá y le dijo que estaban quemando la camioneta y su mamá, quien había visto la transmisión le preguntó: ¿dónde están los cuerpos?, a lo lejos, ver que su tío y su hermano ardían en llamas y la gente se alegraba, aplaudía y grababa con celulares.
El joven cuestiona: “¿dónde están esos padres de familia de los niños secuestrados?, ¿dónde están esos tres niños?, ¿dónde están las personas que los denunciaron?”.
Los hechos
El hecho violento ocurrió el pasado 29 de agosto,cuando aproximadamente las tres de la tarde, elementos de la Policía Municipal acudieron a rescatar a Alberto Flores Morales de 53 años y Ricardo Flores Rodríguez de 21 años, quienes estaban retenidos por pobladores de la junta auxiliar de San Miguel Boquerón luego de que fueran señalados por una mujer de entre 50 y 60 años, de intentar secuestrar a un menor de edad.
Tras dialogar con los inconformes, logaron sacarlos y remitirlos a la comandancia de la cabecera municipal. Sin embargo, afuera de la comandancia se congregaron más de 300 pobladores enardecidos, quienes además de tocar las campanas del templo cercano, hicieron una colecta para pagar un perifoneo incitando a los habitantes de Acatlán a sumarse a los de Boquerón que exigían que les fueran entregados los presuntos delincuentes para hacer justicia por su propia mano.
Los habitantes enardecidos lograron su objetivo de sacar a los hoy occisos para colocarlos en medio de la calle y ante los ojos de la policía y de los pobladores, varios de ellos grabando con teléfonos celulares y trasmitiendo en redes sociales, les rociaron gasolina y les prendieron fuego, dándoles una muerte bárbara. Los cuerpos quemados quedaron a un costado de la comisaria, mientras la gente se dispersaba.
Horas después, elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones se constituyeron en el lugar para llevar a cabo el levantamiento de los cuerpos y trasladarlos al anfiteatro de Acatlán para efectuarles la necropsia de ley.
Las autoridades investigan para dar con los responsables
La Fiscalía General del Estado de Puebla inició carpeta de Investigación por el delito de homicidio calificado, asimismo señaló que se está buscando a los incitadores del linchamiento a través de los video que circularon en las redes sociales.
Por los hechos, se aseguraron a cinco agentes y al director de la Policía Municipal, quienes están en calidad de presentados y de comprobarse algún indicio de culpabilidad serán procesados. Asimismo, se indaga el por qué las autoridades municipales no reportaron los hechos con prontitud, pues se pudo evitar la tragedia.
Otros linchados en Hidalgo por ser supuestos “robachicos”
Un día después de los hechos ocurridos en el municipio de Acatlán de Osorio, pobladores de la comunidad de Santa Ana Ahuehuepan, en el municipio de Tula de Allende, Hidalgo, quemaron vivos a una pareja, a la que acusaron también de robar menores.
De acuerdo con la información, las víctimas, al ser detenidas, señalaron que eran vecinos del municipio de Tezontepec de Aldama y que estaban en Santa Ana por cuestiones de trabajo; incluso, proporcionaron el número de su patrona para que se convencieran de que no eran robachicos, pero la turba enardecida no les hizo caso.
Luego les arrojaron gasolina y les prendieron fuego. El hombre murió en el lugar del linchamiento y la mujer, con el cuerpo quemado en un 90 por ciento, fue llevada con vida al Hospital Regional de Tula donde falleció.
Estados alertan sobre noticias falsas de robo de niños
Fiscalías de diversos estados han lanzado una alerta sobre mensajes que circulan a través de redes sociales y vía WhatsApp que advierten de una supuesta ola de robo de niños, con el objetivo de evitar que se genere un pánico colectivo que termine en linchamiento de gente inocente.
A través de sus respectivas cuentas de Twitter, los gobiernos de Chihuahua, Tamaulipas, Baja California Sur, Jalisco, Durango, Hidalgo, Colima y Puebla informaron que no hay denuncias sobre casos de rapto de menores en calles o escuelas, como señalan audios y mensajes que circulan en redes sociales y usuarios de WhatsApp.
Las autoridades hacen el llamado a los cuidadnos de no compartir noticias de fuentes poco confiables y antes de compartir, corroboren la información con fuentes oficiales, con la finalidad de no generar pánico entre la población.