En un país donde la violencia va en aumento, Lourdes Maldonado se convirtió este domingo en la segunda periodista mexicana asesinada en una semana en Tijuana y la tercera en todo el país tan solo en enero.
Maldonado fue asesinada cuando llegaba a su hogar ubicado en el fraccionamiento Santa Fe, en el interior de un vehículo, así lo informó la policía. Tras escuchar el estruendo, los vecinos salieron, encontraron la escena y solicitaron ayuda a las autoridades.
Lourdes pertenecía al programa de Protección para Periodistas de Baja California, pero la vigilancia que se le brindó no fue permanente.
En el 2019 la periodista había asistido a la conferencia de prensa matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador para pedirle ayuda, ya que temía por su vida, debido al litigio que mantenía con Jaime Bonilla, ex gobernador de ese estado por Morena, por un despido injustificado y falta de pago por parte de una de sus empresas.
Ante ello López Obrador, le respondió que le pediría a Jesús Ramírez Cuevas, coordinador general de Comunicación Social de la Presidencia de la República, que la atendiera y la apoyaran “para que se pida justicia, que no haya influyentismo y se actué en el marco de la ley”.
Este lunes, en conferencia de prensa, AMLO se refirió al caso. “Lamentable lo que sucedió con la compañera, nuestro pésame a familiares primero. Y sí, duele mucho lo que pasó en Tijuana. Desde luego vamos a llevar a cabo toda la investigación”, dijo.
López Obrador recordó que mantuvieron comunicación con la periodista, que en 2019 hizo una denuncia por un asunto laboral, y que le garantizaron que su demanda se atendería.
El Comité para la Protección de los Periodistas dijo en un tuit que está “conmocionado” por el asesinato y pidió a las autoridades que “investiguen el ataque de manera exhaustiva y transparente”.
La organización sin fines de lucro Reporteros sin Fronteras (RSF) ha informado que México sigue siendo uno de los países más mortíferos del mundo para los periodistas, aunque notaron algunos avances limitados.