Por: Manuel A. Moreno Álvarez
La idea fue atractiva desde el principio: trabajar un proyecto cultural desde la institución que tuviese relación directa con la educación y la formación en las artes y no tan crudamente con el sector turístico, que es como se le ha visto (torpemente) desde el enfoque neoliberal en los gobiernos federal y estatal recientes.
Entender las necesarias diferencias es importante, pues nos ayuda a dimensionar la función de cada uno de los sectores: lo turístico tiene que ver con el desarrollo de sistemas económicos mediante industrias que van desde la hotelería, la artesanía y otro tipo de producciones en serie, el sector restaurantero, inmobiliario y de servicios.
El caso del sector arte-cultura tiene que ver con lo formativo-educativo, con lo comunicativo desde aspectos intelectuales y emotivos, con lo histórico, con relaciones sociales amplias o cerradas de convivencia que ayudan a mejorar otros aspectos sociales como, por ejemplo, el de la inseguridad. Y no, no es que el arte y la cultura eviten los robos, asaltos o asesinatos, más bien nos ayudan como sujetos a relacionarnos bajo órdenes diferentes, nos ayudan a cohesionarnos como personas, a vincularnos entre desconocidos.
También, hay un punto de encuentro entre arte-cultura y turismo, ¡por supuesto! En una relación donde un sector no subordina al otro para ciertos fines interesados, donde generalmente permean los intereses políticos o económicos.
Por desgracia, son temas que en la región no se discuten no porque no haya ciudadanos que puedan hacerlo, sino porque no se han dado los espacios para entablar diálogos sobre ello. Gravísimo en un municipio donde el abanico cultural es tan amplio, tan rico, y donde la cultura está viva y se hace desde ámbitos comunitarios y sociales.
Este es el punto de partida y una de las premisas de ese proyecto al que el doctor Melitón Lozano me invitó a integrarme desde su candidatura a alcalde, y a repensar con tiempo: trabajar para avivar las ganas de “hacer” en comunidad, ocuparse para interrelacionar ciudadanos y comunidades.
Y justamente eso empezamos a hacer el pasado sábado 27 de octubre, aún y en las condiciones de carencia que ya todos conocen. Entablamos relaciones entre “formas de hacer”: artistas, artesanos y gente creativa con ganas de mostrar lo que están haciendo, bajo cualquier disciplina: artes plásticas, escénicas, danza, artesanía, prácticas experimentales, etc.; no sólo para mostrar objetos vendibles sino para establecer puntos de encuentro entre ciudadanos de todos los sectores, para conocernos, para convivir, para conectarnos, para divertirnos, para reírnos y emocionarnos… porque para todo eso sirven estas actividades sociales y culturales, para hacer vivo un espacio donde se aglutinan muchas almas y muchas mentes.
El proyecto multidisciplinario que es punta de lanza se titula Imaginal, idea que proviene del término “imago”, la etapa final de un organismo vivo cuyo desarrollo depende de varias fases, y que generalmente se designa a algunas especies de insectos, como las mariposas, los escarabajos o las pupas de otros bichos alados. La iniciativa es propuesta por el colectivo La Quinta, y el trabajo de gestión es del Ayuntamiento actual, es decir, en una relación de igualdad, lo que es de rescatarse porque esa es la idea de este proyecto desde la Dirección de Arte y Cultura, apoyar y ayudar a desarrollar la necesaria organización de la comunidad artística que habita el municipio.
La experiencia nos ha mostrado eso, el papel del gobierno respecto al desarrollo del rubro no debe ser paternalista pero sí facilitadora, gestionando y promoviendo, así como ayudando a profesionalizar todas las prácticas. Claro, debe haber voluntad y buenas intenciones desde la otra parte.
La exposición estará hasta el 25 de noviembre por ahora en las instalaciones del Auditorio Municipal, es entrada libre en un horario de 10 de la mañana a 6 de la tarde, en ella verán piezas de distintos materiales, enfoques, motivaciones, lenguajes, calidades y expresividades, como es normal en cualquier ambiente cultural sano, se exponen para contemplarse pero también para criticarse y reflexionarse. Más adelante estaremos escribiendo sobre otros aspectos y propuestas en el tema cultural, que estoy seguro será la bocanada de aire fresco que buena falta nos hace en momentos aciagos. Nos leemos.
El columnista es director honorífico de Arte y Cultura en el Ayuntamiento de Izúcar de Matamoros 2018-2021, fue director del Museo Taller Erasto Cortés de la ciudad de Puebla, es docente universitario, maestro en Estética y Teoría del Arte, curador y gestor cultural.