Para que la mixteca se recupere, requiere de la unidad de todos. Sin unidad, sin espíritu de solidaridad, pasarán años para que la región Mixteca logre recuperarse de los daños ocasionados por los terremotos de septiembre.
Esos daños no son solo los que sufrieron casas y edificios, lo más grave, además de las pérdidas humanas, son los daños a la economía regional que ha sufrido un descalabro nunca antes visto.
Estos días de Todos Santos y de Fieles Difuntos, quedó de manifiesto que la economía de la región, se ha derrumbado. Nunca estas celebraciones habían sido más tristes y desoladas.
A la gente sin techo, porque sus casas se derrumbaron o quedaron muy dañadas por los sismos, se agrega la falta de empleo, el empobrecimiento de muchos por la pérdida de su patrimonio. Hay pueblos, como Pilcaya, donde fue el epicentro, que quedaron completamente destruidos. Gente que ha trabajado durante años y que con esfuerzos y sacrificios logró construir un pequeño o mediano negocio, ve de pronto, de la noche a la mañana, que se quedó sin nada y que tiene que volver a empezar, cuando ya no tiene ni el brío, ni el entusiasmo de sus años de juventud y ya ha rebasado los mejores años de su edad adulta.
Son verdaderas tragedias humanas las que se están viviendo en las zonas afectadas por los fenómenos naturales, muchos habitantes de la mixteca han quedado prácticamente en la calle.
Se calcula que la baja de la economía de toda la región está ubicada entre el 40 y el 45 por ciento. Es un derrumbe importante por su cuantía, pero resulta más dramático por haber ocurrido de un momento a otro sin que nadie, absolutamente nadie lo esperara. Por algo los creyentes consideran que este tipo de fenómenos son un castigo de Dios.
Un grupo de empresarios matamorenses se ha unido para hacer algo para acelerar la recuperación, sin estar esperándolo todo del gobierno que como se ha visto en todas las zonas siniestradas del país, su respuesta que en los momentos difíciles se vio eficiente, unas semanas después, se ha visto bastante lenta al grado de ni siquiera poder atender a los más necesitados para que tengan un modesto techo donde vivir.
Pero además, el país está entrando a un proceso electoral que anticipa unas elecciones sumamente complicadas y costosísimas y el gobierno de México, como ocurriría en cualquier país del mundo, todo lo verá, hasta las tragedias como la que vivimos, con un enfoque electoral; algo que enoja, que molesta a la sociedad civil, pero que así es, desgraciadamente.
Por eso es loable el interés de un grupo de empresarios como Eduardo Zúñiga Sierra, Rosalina Castillo Hernández, Marco Antonio Campos Verona, Víctor Garzón Rom y Guadalupe Cruz, por trabajar unidos para lograr, con el apoyo de la sociedad civil y al margen de cualquier interés político, reactivar la economía regional.
“Unidos por la Mixteca” es el nombre que pusieron a su grupo cuyo interés, es que los habitantes de la región trabajen como un solo hombre en favor de la reanimación de la economía para beneficio de todos.
Hacen un llamado a sus colegas empresarios para que no aprovechen la situación que se vive, para encarecer sus mercancías, al contrario, hacen un exhorto para que en lo posible, se den buenos precios.
A los habitantes en general, los exhortan para que compren en establecimientos pequeños y medianos de propietarios locales. Si esto se hace, se podrá reactivar el comercio y todos los negocios en un plazo relativamente corto. Para trabajos de albañilería, carpintería, mecánica, lavandería, en fin, todos los servicios, hay que recurrir a negocios de propietarios de la región. Se debe impulsar la economía consumiendo bienes y servicios que se produzcan y se presten en la zona.
No esperemos todo del gobierno o del apoyo de las personas de otras zonas o entidades del país. Toda ayuda, todo apoyo es bienvenido y debe ser agradecido por lo que representa en momentos difíciles, pero la salvación a largo plazo de los daños ocasionados por los temblores, tiene que venir de nosotros mismos.