Opinión Libre / Hipólito Contreras
Muchas cosas ofrecen los candidatos en este proceso que culminará el primer domingo de julio próximo, pero ninguna responde a las reales necesidades de la población y el país.
Empleo. Una demanda fundamental del pueblo de México es el empleo, pero no se trata sólo de generar empleo sino que sea bien pagado, poco sirve que contraten por ejemplo cien trabajadores si les van a pagar mil pesos semanarios, con eso no vive una familia, con ese salario la condenan a la pobreza.
El salario mínimo de hoy debería ser de por los menos 900 pesos diarios, es decir 11 veces más de los 80 pesos que se pagan hoy. Para que una familia de cinco integrantes pueda vivir con cierta dignidad, necesita hoy por lo menos 27 mil pesos mensuales, pero este salario sólo sería por un año, al siguiente habría que actualizarlo a los precios vigentes.
Precios justos. El gobierno debe de volver al control de precios como era en el pasado, la liberación de los mismos vino a generar altos precios de todo. El comercio debe de vender a precios autorizados, no a los precios que quiera.
Se debe de lograr que salarios y precios vayan de la mano. Se debe lograr que el salario alcance para lo básico de una familia, y lo básico es alimentación, vivienda, salud, vestido, educación, transporte, recreación, cultura, deporte y ahorro, para eso debe alcanzar un salario mínimo, así lo dice la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Nada más hay que comparar; en Estados Unidos un trabajador gana como mínimo 10 dólares la hora, si trabaja 10 horas, se lleva 100 dólares, el equivalente a unos mil 700 pesos diarios, 51 mil pesos mensuales. En México un trabajador de salario mínimo gana, si trabaja 10 horas diarias, 8 pesos la hora, 80 pesos al día, 2 mil 400 pesos al mes.
Un trabajador en Estados Unidos puede ganar en un día lo que un trabajador mexicano gana en una quincena.
El trabajador en Estados Unidos vive bien, le mandan dinero a su familia. En México, el trabajador que gana un salario mínimo vive en la pobreza extrema. De esto no hablan los candidatos.
Hoy una familia necesita 27 mil pesos mensuales como mínimo para vivir con cierta dignidad, sin embargo, las empresas que contratan ofrecen en promedio seis mil pesos mensuales menos de la cuarta parte de las necesidades reales.
Si, en México, el salario mínimo hoy fuera de 27 mil pesos mensuales no habría pobreza, todos vivirían con lo mínimo indispensable, los ricos y millonarios podrían ganar mil veces más, pero eso ya no importaría si las grandes mayorías tuvieran lo básico.
Con un salario de 27 mil pesos mensuales habría menos delincuencia, los bajos salarios y el desempleo son la causa.
Sin embargo, de esto no hablan los candidatos, lo más que hacen es comprometerse a generar empleos pero mal pagados, incluso dicen que el salario mínimo debería ser de 90 pesos diarios, que eso sería lo justo para los trabajadores. Ellos nunca plantean bajar o controlar los precios, muchos menos hablan de bajar los precios de las gasolinas, gas y electricidad, nadie habla de eso.
Tampoco hablan de bajar los enormes salarios de los funcionarios y políticos de primer nivel, por ejemplo de los magistrados federales que se llevan más de 400 mil pesos mensuales, más sus jugosas prestaciones, de esos no hablan los candidatos.
Seguridad. Los gobiernos atacan la delincuencia que se ha desatado en Puebla y el país, pero no combaten las causas que la generan, como es el desempleo y la pobreza, gastan miles de millones de pesos en policías y equipos, pero no van a la raíz del problema.
Corrupción. Los candidatos tampoco hablan de este lastre llamado corrupción que permite a los políticos hacerse millonarios desde el poder mediante mil formas como elevar los precios de las obras diez o más veces del valor real, compra de inmuebles, autos, todo con recursos públicos. De esto no hablan los candidatos.
Medio ambiente. Tampoco los candidatos hablan del problema ambiental en México, del cambio climático, el calentamiento global, la grave contaminación y daño de ríos, bosques, suelos, aire, como consecuencia de las actividades urbanas e industriales, violación de las normas ambientales, deficiencias en la educación que no da prioridad al tema ambiental. De esto que es vital para México no hablan los candidatos.
Crecimiento del urbanismo. Tampoco de esto hablan los candidatos. El urbanismo que junto con el crecimiento demográfico está generando contaminación de los recursos naturales como es el agua, pérdida de suelo agrícola, crecimiento de inseguridad, fuerte emigración de las zonas rurales a las urbanas.
Del fenómeno del urbanismo no hablan los candidatos, ni una sola propuesta para frenar el urbanismo que tanto daño está causando.
Control demográfico. El irresponsable crecimiento poblacional tampoco es tema de los candidatos, lo ven como algo normal, no ven los efectos, no ven que entre más crece la población mayores son los problemas. No existe una sola propuesta en campañas que hable de este tema, la población crece a pasos acelerados, no existen políticas de control, hoy se ve en la misma ciudad de Puebla cómo se están ocupando los cerros para asentamientos humanos.
Campo. Los candidatos no hablan de lo prioritario que resulta el campo pues ahí está la vida, los recursos, el agua, los bosques, los alimentos, las especies animales y vegetales, la población rural, la seguridad alimentaria, grupos indígenas, lenguas, costumbres y tradiciones, fundamental resulta que el sector reciba la atención que merece, pero ellos le apuestan al urbanismo, a las grandes obras, al cemento.
Los candidatos nos hablan de mil cosas, menos de lo que realmente interesa, de los graves problemas que enfrentamos en México, problemas que si no se atienden hoy se complicarán en los próximos años.