Hipólito Contreras / Puebla, Pue.
Los sismos que se presentaron el 7 y el 19 de septiembre, mismos que generaron mucho daño a miles de mexicanos, son también la oportunidad para corregir muchas cosas en México, con el fin de que se utilicen mejor los recursos públicos para beneficio de la mayoría de mexicanos y no se usen ya para enriquecer a políticos, a grupos y a partidos políticos.
Ya sabemos que las elecciones en México son las más caras del mundo, son cientos de miles de millones de pesos los que se entregan en cada elección local y federal a los partidos políticos, a los órganos electorales, entes el IFE, hoy el Instituto Nacional Electoral y a los institutos electorales de los estados para pagar a los consejeros electorales y a su personal.
Mucho dinero para partidos y a los órganos electorales, mucho dinero para que sólo dos partidos políticos se repartan el poder, los demás se conforman con diputaciones, regidurías y cargos en el gobierno, mucho dinero que sale de los impuestos que pagamos millones de mexicanos.
Mucho dinero para pagar campañas políticas que no benefician al pueblo de México sino a los grandes medios de comunicación, los que cobran los millones de pesos por publicidad política. Las carretadas de dinero en cada elección beneficia sólo a grupos de políticos y de empresarios de la comunicación, al pueblo le tocan migajas: playeras, gorras, sombrillas, tortas, refrescos, desayunos populares, etc.
Las elecciones en México hace más millonarios a los que ya son, elecciones caras en las que cada voto tiene un precio, pero nada de eso se traduce en beneficio a la población en general.
Por ejemplo, sería interesante saber cuánto costó la elección reciente en el Estado de México, la entidad más poblada del país después de la Ciudad de México, fueron miles de millones de pesos, todo para que al final el PRI se quedara nuevamente con todo; y cómo no se iba quedar con todo si esa entidad tiene un presupuesto anual muy cercano a los 300 mil millones de pesos, (más de tres veces de lo que recibe el estado de Puebla), es el segundo presupuesto de gobierno más alto del país, en este estado la elección ya estaba decidida, para qué tirar tanto dinero cuando ya todo estaba pactado.
Si en México 20 millones de mexicanos están en pobreza extrema y otro 50 millones en pobreza general con ingresos que no van más allá de los 3 y 4 salarios mínimos, no es posible que el Estado mexicano, que el sistema político y económico, se gaste cientos de miles de millones de pesos en partidos políticos y en los órganos electorales, que democracia tan cara en un país tan pobre.
Por eso es un sueño pensar que el sistema retire esos gastos millonarios, que se determine retirar todo apoyo o recursos públicos a los partidos políticos, y que las campañas las financien ellos mismos, con sus propios recursos, a lo mejor así desaparecen partidos que para nada nos sirven y que sólo utilizan para beneficio de grupos los recursos públicos que les entregan, dinero que se reparten entre los jefes.
Habría que ver si en el pasado los partidos políticos en México recibían recursos públicos, a lo mejor había algo, pero en general se financiaban solos, así recorrían el país para promover su oferta política.
Creo que un buen partido político, o bien organización política o social, no necesita tener los millones de pesos para acercarse y buscar a los ciudadanos, lo puede hacer casi sin nada, pero con un gran proyecto político y económico en beneficio directo de las mayorías y de los recursos del país.
Habría que remitirnos a la historia para saber de si Hidalgo, Morelos, Guerrero, y todos los que encabezaron el movimiento por la independencia, necesitaron de mucho dinero para llevar adelante su gran empresa, ellos lograron la hazaña de crear conciencia en millones de mexicanos, pero sin gastar millones de pesos. Lo mismo se puede decir de los líderes revolucionarios de 1910, los que llevaron su movimiento al lado de los pobres de México que clamaban justicia.
Hoy ¿por qué todo es dinero, por qué para hacer campañas se necesitan miles de millones de pesos? ¿Si se cortara de tajo el financiamiento a partidos políticos ya no se podrían hacer campañas? ¿Ya no habrían elecciones por no haber dinero?
Claro que las habría, los verdaderos luchadores sociales verían cómo pero expondrían sus ideas y propuestas sin hacer uso de recursos públicos.
Lo que pasa es que el modelo permite eso, que se gasten recursos públicos para financiar campañas, lo que ha generado que grupos exclusivos se beneficien y engorden más sus ya abultados recursos, el pueblo de México, los trabajadores en general, no se benefician en absolutamente nada, salvo las migajas que reciben, los millones de pobres lo siguen siendo porque lo que reciben son promesas que nunca se cumplen.