Opinión Libre / Hipólito Contreras
El problema de inseguridad siempre ha existido en Puebla, en México y el mundo, hoy sólo se ha disparado por el crecimiento demográfico y las fallas del sistema político y económico.
La inseguridad crece porque el sistema político de libre mercado es generador de desigualdad social, un grupo privilegiado atesora o concentra riqueza y controla todo, mientras muchos millones enfrentan altos costos de productos y servicios y bajos salarios. A ellos, a los bajos salarios, se suma el desempleo que en México afecta muchos millones de jóvenes que no tienen acceso al empleo, a la educación, y a las prestaciones de ley.
El crecimiento demográfico del país es otro factor. De 1970 a la fecha, en 48 años, la población del país casi se triplicó, lo que vino a complicar las cosas. Esto es como una familia, a medida que crecen los problemas se complican, aunque hoy los matrimonios tienen entre dos y tres hijos, pero aún así, la población sigue creciendo.
Para enfrentar la inseguridad, los gobiernos incrementan los presupuestos para contratar más personal, más equipos, más patrullas, más armas, hasta costosos helicópteros que sobre vuelan la ciudad a elevados costos, sin que se sepa su efectividad para combatir la delincuencia, ya parece que los delincuentes le van a hacer señales a los policías del aire y decirles, aquí estamos, eso del costoso patrullaje aéreo no se sabe qué resultados tienen para la población.
El presupuesto para la seguridad es uno de los más altos, son miles de millones en el país y cientos de millones de pesos en Puebla, sin embargo, la delincuencia no baja sino que se incrementa.
El gobierno federal inventó el denominado Sistema de Justicia Penal Acusatorio, cuyo objetivo es que los delincuentes sólo reparen el daño y no vayan a la cárcel porque son tantos que ya no caben en los llamados Centros de Readaptación Social, de modo que los delincuentes a los que se les comprueben delitos sólo van a reparar el daño a la víctima y se van.
Dicen los defensores del nuevo Sistema de Justicia Penal, que la ventaja es que los juicios son rápido, y ya no se llevan años como en el sistema tradicional.
La realidad es que la inseguridad crece todos los días, y el Sistema Nacional de Seguridad proporciona la cifras de secuestros, feminicidios, robo con violencia, robo de autos, de auto partes, de gasolina y son cifras cada vez mayores, donde los delincuentes le han perdido el respeto a los cuerpos de seguridad, robando la paz y tranquilidad de los poblanos incluso a plena luz del día.
Los ciudadanos se sienten cada vez más inseguros, la gente se cuida mucho más en todo, por ejemplo, al hacer depósitos y retiros bancarios, ya que los ladrones hacen filas en las cajas para saber quién saca más dinero, lo que da a entender que son bandas organizadas.
El problema es grave, por ello, el gobierno responde con más fuerzas de seguridad, más vigilancia, con más asociaciones de vecinos para auto cuidarse.
Esto ha llevado a los constantes linchamientos en municipios y comunidades, donde la gente se hace justicia por propia mano, aunque muchas veces son inocentes los que linchan como por ejemplo, el ocurrido en Ajalpan.
Mientras en Puebla y México haya hambre, desempleo, bajos salarios, altos precios a los productos y servicios, la inseguridad va a crecer, porque estos son los factores que la generan.
Simplemente hay que ver las estadísticas delincuenciales en otros países más desarrollados, por ejemplo Canadá, Gran Bretaña, Italia, etc., vemos que las tasas son menores.
En mejores gobiernos y sistemas de gobiernos, la incidencia delictiva baja. Si todos los ciudadanos de un país tienen mejores oportunidades de desarrollo, acceso a la educación y mejor educación, al trabajo, a la alimentación, vivienda, servicios, deporte y cultura, tendrán menos motivos para delinquir, ya que si sus necesidades están cubiertas no hay razones para cometer delitos.
En México, se requiere un mejor sistema económico, mejores políticas para generar desarrollo en las familias, más recursos para impulsar proyectos, más apoyo a todos los sectores productivos, más subsidios de gobierno para los que menos ganan, se requiere revisar el salario mínimo, el mismo que debe cubrir las necesidades básicas de una familia.
Mientras no haya un cambio de dirección, de sistema, la inseguridad va a crecer y ningún presupuesto alcanzará, seguirá siendo como un barril sin fondo. Este gobierno ataca los efectos, pero no las causas que generan la inseguridad.