Opinión Libre / Hipólito Contreras
La Ciudad de Puebla se fundó en 1531, para el 2031, cumplirá 500 años. Hoy esa ciudad se llama Centro Histórico, está integrada según el INAH por cerca de tres mil edificios, casonas o monumentos históricos. Se trata de joyas arquitectónicas, de palacios, construcciones que hoy nadie hace. Bien, pues esa riqueza de Puebla está en peligro, en gran peligro.
La zona monumental de la ciudad de Puebla, es una de las más importantes en el mundo, es un legado histórico, se trata de construcciones del siglo XVI, monumentos de diferentes estilos, pero todos con el mismo sello colonial, amplísimas casonas de anchos muros y techos de vigas de madera, exteriores con estilo barroco en muchas construcciones, pero todas llenas de diseños especiales, diseños traídos de Europa, en especial de España.
Los constructores del siglo XVI eran amantes de lo grandioso y espacioso, por eso todas sus construcciones son grandes, salones grandes, altos, de gruesos muros, todos los monumentos disponen de patios. En construcciones hechas para instituciones de gobierno y escuelas, hay hasta tres patios, el edificio Carolino es uno de ellos.
La zona monumental de Puebla es lo que llama la atención a los visitantes, contemplar la belleza de tanto edificio no sólo maravilla a visitantes sino a los mismos habitantes de la Ciudad. Es que la zona monumental es un pequeña ciudad quizás de 2 kilómetros cuadrados pero que tiene todo para enamorase de ella. Sólo hay que ver por ejemplo en perspectiva la Avenida Reforma para convencerse una vez más de la belleza y riqueza arquitectónica que tenemos, o contemplar el Palacio de Justicia en la 5 oriente, o el edificio Carolino, antiguo Colegio del Estado.
Y por supuesto, la joya de la corona, la Catedral de Puebla, la más alta de Latinoamérica, majestuosa, imponente, maravillosa, testigo de la historia de Puebla; la leyenda dice que fueron los ángeles los que subieron las pesadas campanas, la verdad es que fueron poblanos muy capaces los que lo hicieron con la rudimentaria tecnología que tenían.
El Centro Histórico está integrado por monumentos que van de los 480 años hacia abajo, digamos hasta los que fueron construidos hasta el siglo XIX y que mantienen características similares, casi los mismos sistemas de construcción.
Si se observa, el Centro Histórico de Puebla ha perdido muchas casonas a través del tiempo, no existe una sola cuadra en donde no se observe que dos o tres casonas o monumentos fueron derribados en diferentes tiempos y en su lugar se construyeron otros edificios de arquitectura diferente, si se suman son cientos de edificios que se han perdido porque los diferentes gobiernos permitieron su demolición.
Un ejemplo, la casona que estaba en la Avenida 5 de Mayo y la 2 Poniente, desde hace muchos años fue construido ahí un edificio que nada tiene que ver con la arquitectura antigua, otros edificios perdidos son en donde hoy está el hotel Gilfer y Sambors, en la misma avenida 2 Poniente, frente a Catedral varios edificios coloniales fueron demolidos, entre ellos el que está en la 3 Poniente y 16 de Septiembre, en la 2 Sur y 7 Oriente, tras la demolición del edificio, sólo quedó la fachada.
Con esas pérdidas irreparables, el Centro Histórico ha perdido mucho de su pasado, pero aún así sigue siendo grandioso, por ello en 1977, no recuerdo bien, fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad, título que puede perderse por tanto daño ocasionado, por tanto abandono.
Ojalá y nunca ocurra, pero un sismo igual o más fuerte como el del pasado 19 de septiembre, dejará un Centro Histórico muy dañado, si se colapsan estructuras, ya no habrá reparaciones, tendrían que ser reconstrucciones y ya no será lo mismo.
Lo que ha pasado es que no ha existido nunca una política de mantenimiento del Centro Histórico de Puebla, se dejó todo en manos de los propietarios, debió ser, debe ser, el mismo gobierno federal, estatal y municipal el que se encargue de la protección de la zona monumental, ya no se trata de propietarios, sino de un patrimonio cultural de los poblanos. Los poblanos y sus gobiernos tienen que cuidar esta riqueza.
Quizás se esté a tiempo de rescatar la zona monumental de Puebla capital, pero no se ve nada. Hoy por el sismo del 19 de septiembre, las autoridades sólo apoyarán las reparaciones, y no se descarta que se autoricen algunas demoliciones con lo que el Centro Histórico perderá más monumentos.
Nunca se ha hablado de dar mantenimiento a cada uno de los edificios, reforzar cimientos, techos, muros, resanar, en fin, dejar los edificios como nuevos, esto se lo han dejado a los propietarios, pero ellos no están interesados en invertir y además, no existen apoyos federales o estatales para este fin.
Debe reconocerse que la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, adquirió y remodeló muchos edificios del Centro Histórico y que hoy son facultades. Esto deberían hacer otras universidades que tienen capacidad económica como la UDLAP, Iberoamericana, la UPAEP, el Tec de Monterrey, mismas que cuentan con empresarios interesados en proteger esta riqueza arquitectónica.
El Centro Histórico de Puebla debe ser una zona peatonal e introducir un transporte eléctrico no pesado y anticontaminante. Un Centro Histórico así sería el más bello del mundo y un orgullo de los poblanos.
Los poblanos y su gobierno tienen la palabra. Si en promedio el gobierno anterior se gastó 500 mil millones de pesos en obras, la mayoría innecesarias, festejos, y en elevados sueldos de los funcionarios ¿por qué no pueden destinarse por lo menos el 5 por ciento de ese presupuesto para rescatar y dignificar el Centro Histórico?