El pasado 23 de enero se llevó a cabo la renovación de autoridades auxiliares en todo el estado de Puebla. Estas autoridades se reemplazan cada tres años al igual que los ayuntamientos. Su elección se hace posterior a los 100 días de la toma de posesión de los ediles municipales. Para hacer este cambio que está en nuestras leyes, se tienen varios pasos. Entre ellos, la emisión de una convocatoria que norme las líneas a seguir. En el caso de Izúcar, se generaron varios acontecimientos:
Denuncian procesos amañados
Algunos medios de comunicación informaron que existía un proceso amañado, para favorecer a los candidatos afines al actual Ayuntamiento. Creo que esto como en todo proceso electoral es política. Cada edil trata de generar apoyo desde las bases porque va a ser el cimiento de su proyección. Un alcalde no podrá gobernar con el pueblo en contra. Por eso deberá apoyarse de los mejores representantes populares de sus colonias o barrios.
Otra de las críticas es que no se permitieron los “usos y costumbres”. Por experiencia propia, esos usos y costumbres, solo dejaban enconos y división. En el caso de mi barrio; el día de la elección se colocaba una reata en medio de la plazuela y de un lado se colocaban los seguidores de un candidato y del otro lado de la reata los seguidores del otro candidato; el problema empezaba cuando se calentaban los ánimos y se empezaban a ofender y a aventarse cosas, llegando muchas veces a los golpes. Esto solo dejaba contrariedades en los seguidores de uno y otro bando, porque se identificaba a cada partidario y lo único que se alcanzaba era la división del barrio.
Esto afortunadamente se acabó, desde el año 2010. Esta división tan resentida, hacía que los barrios nunca progresaban, porque si un bando pedía un proyecto, el otro reclamaba en presidencia y decía que no.
Esto solo beneficiaba a los presidentes municipales, porque se evadían de hacer obra y su salida era: “cuando se pongan de acuerdo me dicen”, y nunca se hacían obras de impacto en los barrios.
Otra de las quejas de los inconformes, según medios de información, fue que solo se dieron 4 días para la inscripción a candidatos, o que se hizo la convocatoria en vacaciones y en periodo de Reyes, etcétera, etcétera. No quiero ahondar, pero, señores, quien quiera meterse a estos cargos (que no son fáciles), debería de saber de sus tiempos y de sus formas, ya que no es cargo improvisado; al contrario, es un cargo en donde se resuelven muchos problemas de la comunidad y sin “paga”. Entonces, no seamos ingenuos, y siempre echar carrilla a las autoridades municipales. Esto también es política.
De la vocación y de las necesidades
Para ser inspector auxiliar se debe tener una gran vocación de ayuda a su comunidad, ya que es un cargo muy difícil, donde no se tiene un apoyo económico suficiente y el trabajo que se haga en el barrio o colonia siempre debe de hacerse con el apoyo de los vecinos; y en el peor de los casos, con el comité de apoyo del inspector en turno, porque los vecinos muchas veces no quieren cooperar; al contrario, solo ponen trabas.
Actualmente todos los inspectores de los barrios y colonias reciben un apoyo de mil 700 pesos. Eso es bueno para barrios y colonias muy pequeñas, que solo abarcan unas cuantas cuadras, pero existen barrios muy grandes, como es el caso de Santiago Mihuacán que tiene una población de más de 4 mil 500 habitantes, número por arriba de otras comunidades auxiliares que sí tienen participaciones.
De los retos
Una de las obligaciones de los inspectores es la de emitir algunas constancias, pero nos encontramos que todavía hay inspectores que no saben redactar este tipo de documentos y les piden a sus vecinos que ellos lo hagan y que se lo lleven, para que el inspector solo lo selle y lo firme. Esto ha ocasionado muchos problemas, porque el peticionario hace el documento a su conveniencia y antojo. Por eso es importante que el Ayuntamiento apoye con cursos, para que los inspectores emitan documentos con los requisitos obligados; es decir, fundados y motivados como marca la ley.
Otro de los retos de los inspectores es el meter en talle las irregularidades de los habitantes que se adueñan de sus calles.
Personas que impiden el libre paso por las banquetas porque las obstruyen con macetas, rejas, material de construcción que nunca ocupan. Vecinos que amarran al perro en la banqueta. Perros callejeros que ocasionan mordeduras o accidentes.
Carros abandonados en las calles que sirven de arrimo a los asaltantes. Vecinos que no apoyan con la limpieza de la maleza de su entorno. Calles sin luminarias y sucias. Reportar a las autoridades los posibles lugares peligrosos, narco tiendas, bares disfrazados de tiendas, “picaderos” de drogas. Y el reto principal, que es el de apoyar a la comunidad contra los asaltos y robos a mano armada.