Dr. Melitón Lozano Pérez @MelitonLozano Hace pocos días sostuve una reunión con los directores generales, supervisores y coordinadores de Centros Escolares, quienes en puebla representan una tradición de más de sesenta años, reflexionaba sobre cómo ellos pueden actuar a la luz de su pasado, su historia y su tradición en el contexto cambiante en el que nos desempeñamos hoy en día. Algunas características del contexto que se traducen en retos para la educación. a) La cantidad de información que se genera. Por ejemplo, hace muchos años, un buen docente era aquel que tenía su información organizada en su libreta para dictarle a los estudiantes el tema y en algún momento posterior hacer examen; hoy en día esa idea de docente está rebasada no sólo por la función y exigencia de las tareas que como docente se deben cumplir, sino también por la multiplicidad de formatos que tienen los estudiantes para acceder a la abundante información. a) Las influencias del contexto. La forma en que las personas hoy en día se ven influenciadas por los diversos contextos en los que interactúan en algunos casos condiciona las intenciones educativas del sistema familiar y de la escuela; por ello las escuelas tienen el reto de no solamente enseñar y garantizar que los estudiantes aprendan, sino también favorecer que los estudiantes se eduquen y sean buenos ciudadanos. b) Un último aspecto que cabe señalar es que la realidad nos pone en frente fenómenos diversos como el cambio climático, el calentamiento global, la crisis alimentaria, la salud; la inseguridad, la pobreza la injusticia, la corrupción, la inequidad, y muchos otros problemas que las sociedades presentan de forma local o global, ello exigen a la educación tomar una posición, responder y trabajar a favor de construir otra realidad, por ello convienen tener presente algunos pasos que permitan a las escuelas y a los niveles educativos ser conscientes y cumplir su función: Pasos: 1. El primer paso es retomar la mística: sin duda cada subsistema, cada nivel educativo, cada escuela posee un conjunto de principios fundacionales que le otorgan sentido y significado a su labor, sin embargo; algunas veces son olvidados entre las diversas tareas que se deben atender; pero estamos a tiempo de recuperar desde cada espacio educativo los principios que orientan su actuación y hacerlos operativos en lo individual a través de las actividades cotidianas y en lo colectivo desde el pronunciamiento de las políticas institucionales que dan rumbo y sentido a la tarea educativa. 2. El segundo paso es revisar la práctica actual: hacer balance, reflexionar sobre el camino recorrido y a partir de ahí trazar nuevos rumbos; sin duda alguna existen muchas formas de hacer reflexión; una de ellas es responder a las siguientes preguntas: a) ¿Qué olvidamos que vale la pena recuperar? b) ¿Qué necesitamos resignificar? c) ¿Qué es necesario hacer a un lado? La primera de las preguntas parte de la idea de que existen actividades o prácticas que dieron resultado y que quizá requieren algún ajuste en función del contexto actual, pero que, pueden seguir aportando a favor de la educación. La segunda exige entender que, si bien algunos principios o prácticas educativas son importantes porque forman parte de la identidad, el momento actual exige otorgarle un nuevo significado siendo conscientes que las concepciones cambian con el tiempo. Por ejemplo, la disciplina que hace cincuenta años se promovía en los contextos educativos y las acciones para implementarla han cambiado en función del significado que se le otorga hoy en día a la dignidad humana. De esta manera, es importante que como ejercicio fundamental los colectivos docentes se brinden el tiempo y condiciones para reflexionar y construir de manera consensuada una explicación-comprensión de los constructos que son el fundamento de su actuación y con ello otorgarle un nuevo significado y sentido a su práctica docente. La tercera pregunta centra la mirada en ser capaz de reconocer en lo individual y en lo colectivo que existen comportamientos, ideas o desempeños que requieren dejarse de lado, ello exige basarse en criterios que orienten la actuación; dichos criterios deben tomarse desde la propuesta del artículo tercero constitucional y la Ley General de Educación, es decir; la nueva escuela mexicana proporciona el conjunto de referentes de lo que debemos hacer, pero también permite identificar lo que es conveniente hacer a un lado. 3. El tercer paso es tomar en cuenta el contexto educativo actual, la nueva escuela mexicana, nos obliga a reflexionar en ¿qué es lo que hace a su escuela nueva? Sin duda, lo que cambia es la finalidad educativa, el tipo de persona que se desea formar, las formas en que la escuela concreta su quehacer educativo, las interacciones alumno-maestro, y los métodos de aprendizaje, es decir; lo nuevo es lo que los colectivos docentes de común acuerdo pueden aportar para construir ciudadanía. Por ejemplo, es fundamental que al interior de los colectivos docentes se dialogue y acuerde cómo se está entendiendo y haciendo operativo el desarrollo humano integral. 4. Por último, conviene enfatizar que el marco desde el que se concreta el derecho a la educación en el Estado de Puebla, como política educativa para hacer operativa la cuarta transformación nos amparamos en las ideas de Tomasevsky (2001) quien propone cuatro dimensiones conocidas como las cuatro A. 4.1 Asequible. La primera condición para que el derecho a la educación se concrete es la disponibilidad o la asequibilidad, es decir; que existan establecimientos educativos con todas las condiciones necesarias para que el acto educativo se concrete y en el que se respete la libertad de y en la educación. 4.2 Accesibilidad: la segunda tarea sustantiva es que las niñas, niños y adolescentes puedan acceder a la educación en tres grandes dimensiones: 1) sin ningún tipo de discriminación 2) alcanzar el acceso en términos geográficos y, 3) El acceso también debe contemplar que ninguna niña, niño o adolescente se quede sin estudiar por cuestiones económicas. 4.3 Aceptabilidad: Es importante asumir que no es suficiente que todos los niños tengan escuelas disponibles y accedan a ellas. La excelencia educativa se concreta si los programas de estudio y los métodos de aprendizaje responden a criterios pertinentes y relevantes, si lo que las niñas, niños y adolescentes aprenden responda a las necesidades, intereses y características lingüísticas, étnicas y de cualquier otra índole. La educación también es aceptable si respeta la dignidad de la persona, si respeta la diversidad cultural y las diferencias de toda índole. 4.4 Adaptabilidad: El Estado a través de la Secretaría de Educación, tiene el compromiso de hacer posible una educación que se adapte a las necesidades de las niñas, niños y adolescentes, a las necesidades de la comunidad y la sociedad en general. Se requiere por tanto una educación que proteja la permanencia en las aulas de las niñas, niños y adolescentes y que los tome en cuenta como una forma de hacer operativa la democracia. Por último, conviene señalar que cualquier propuesta de cambio inicia con el compromiso individual y colectivo de comenzar a caminar rumbo a una Nueva Escuela Mexicana en Puebla, tomando como punto de partida la revisión critica de lo que acontece cotidianamente en las aulas y en la escuela, a la luz de la historia fundacional que nos hace sentir orgullosos y de las nuevas exigencias que nos plantea el entorno socio económico, cultural y ecológico. De esta manera, la identidad fortalecida se convertirá en fuente de inspiración y acción que hagan posible aquí y ahora el ejercicio pleno del Derecho a la Educación.