Todas las emociones son naturales, no hay buenas ni malas, lo importante es aprender a gestionarlas, el enfado permite establecer límites a los demás, nos permite manifestar que es lo que consiento y que no.
• Contar hasta 10 aunque suene trillado permite tranquilizarnos.
• Realizar respiraciones profundas en serie de tres, en los pequeños: respiros de manera imaginaria; “con una manita una flor y soplo una vela imaginaria que sostiene la otra manita”.
• Ubicar las características que se asocian en mi comportamiento, cada vez que me enojo y desarrollar actividades que permitan disminuir mi enfado.
• Salir a correr.
• Realizar manualidades hasta que he mitigado mi enojo y solo hasta entonces podremos tomar decisiones, pedir disculpas o perdón.