Por: Sergio Valero Orea
Cuánta razón, 𝐀𝐧𝐝𝐫𝐞́𝐬 𝐌𝐚𝐧𝐮𝐞𝐥.
El lunes pasado arrancó oficialmente el juicio contra 𝐆𝐞𝐧𝐚𝐫𝐨 𝐆𝐚𝐫𝐜𝐢́𝐚 𝐋𝐮𝐧𝐚, para quienes lo desconocen, fue el 𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭𝐚𝐫𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐒𝐞𝐠𝐮𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐏𝐮́𝐛𝐥𝐢𝐜𝐚 en el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012).
Se le acusa de narcotráfico y de recibir dinero del 𝐂𝐚́𝐫𝐭𝐞𝐥 𝐝𝐞 𝐒𝐢𝐧𝐚𝐥𝐨𝐚 (corrupción). De acuerdo a los testimonios, Genaro García Luna comenzó a trabajar en favor del narcotráfico desde el 2001 cuando era el titular de la 𝐀𝐠𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐅𝐞𝐝𝐞𝐫𝐚𝐥 𝐝𝐞 𝐈𝐧𝐯𝐞𝐬𝐭𝐢𝐠𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 (AFI), que era el equivalente al FBI, durante el gobierno de Vicente Fox.
La fiscalía argumenta que, a cambio de dinero, García Luna permitió que el Cártel de Sinaloa (en aquel entonces liderado por Joaquín ‘𝐸𝑙 𝑐ℎ𝑎𝑝𝑜’ Guzmán) operara con impunidad en México y ayudó a los narcotraficantes a transportar drogas de manera segura hacia los Estados Unidos.
𝐅𝐢́𝐣𝐞𝐬𝐞 𝐧𝐚𝐝𝐚 𝐦𝐚́𝐬. La seguridad pública del PAÍS, en 𝐦𝐚𝐧𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐪𝐮𝐢𝐞́𝐧.
Esto nos obliga a reflexionar sobre el tema de seguridad pública. Cuánta razón ha tenido Andrés Manuel López Obrador al justificar la creación de la 𝐆𝐮𝐚𝐫𝐝𝐢𝐚 𝐍𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐚𝐥 y evitar que la seguridad de los mexicanos caiga en manos de este tipo de personajes que, de ser culpable, comprobaría sus dichos.
Sin embargo, algo que sí hemos podido comprobar cada uno de nosotros es el aumento de la inseguridad y el grado de corrupción de las corporaciones policiales en los ámbitos municipal, estatal y nacional.
¿𝐂𝐮𝐚́𝐧𝐭𝐚𝐬 𝐯𝐞𝐜𝐞𝐬 𝐡𝐞𝐦𝐨𝐬 𝐬𝐢𝐝𝐨 𝐯𝐢́𝐜𝐭𝐢𝐦𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐞𝐱𝐭𝐨𝐫𝐬𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐞𝐥𝐞𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐚 -𝒆𝒙𝒕𝒊𝒏𝒕𝒂- 𝐩𝐨𝐥𝐢𝐜𝐢́𝐚 𝐟𝐞𝐝𝐞𝐫𝐚𝐥 𝐝𝐞 𝐜𝐚𝐦𝐢𝐧𝐨𝐬 𝐚𝐥 𝐯𝐢𝐚𝐣𝐚𝐫 𝐩𝐨𝐫 𝐜𝐚𝐫𝐫𝐞𝐭𝐞𝐫𝐚? ¿𝐂𝐮𝐚́𝐧𝐭𝐚𝐬 𝐯𝐞𝐜𝐞𝐬 𝐡𝐚 𝐬𝐮𝐜𝐞𝐝𝐢𝐝𝐨 𝐥𝐨 𝐦𝐢𝐬𝐦𝐨 𝐜𝐨𝐧 𝐩𝐨𝐥𝐢𝐜𝐢́𝐚𝐬 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐭𝐚𝐥𝐞𝐬 𝐨 𝐦𝐮𝐧𝐢𝐜𝐢𝐩𝐚𝐥𝐞𝐬?
Los gobiernos, en cualquiera de sus niveles (municipal, estatal y federal) están obligados a erradicar este tipo de prácticas que garanticen el buen desempeño de las corporaciones y que brinden seguridad a sus gobernados. Solo como recordatorio, en el 2018-2021, la administración municipal que encabezó el C. Benjamín Hernández Lima, 𝐝𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐛𝐚𝐣𝐚 𝐚 𝐦𝐚́𝐬 𝐝𝐞 𝟑𝟎 𝐞𝐥𝐞𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 por diversos motivos: no aprobar su control de confianza, corrupción y acciones que ponían en riesgo el trabajo policial.
Recordemos que, en el periodo de Felipe Calderón, se desató la llamada “𝑔𝑢𝑒𝑟𝑟𝑎 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑟𝑎 𝑒𝑙 𝑛𝑎𝑟𝑐𝑜” con el objetivo de 𝐋𝐄𝐆𝐈𝐓𝐈𝐌𝐀𝐑 𝐬𝐮 𝐠𝐨𝐛𝐢𝐞𝐫𝐧𝐨 y fue el periodo en donde la violencia e inseguridad fueron mucho más evidentes en muchos territorios del país. Sin embargo, García Luna ya trabajaba con Vicente Fox.
¿𝐈𝐧𝐞𝐟𝐢𝐜𝐢𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐨 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐥𝐢𝐜𝐢𝐝𝐚𝐝?
¿𝐃𝐞 𝐭𝐨𝐝𝐨 𝐞𝐥𝐥𝐨 𝐭𝐞𝐧𝐢́𝐚 𝐜𝐨𝐧𝐨𝐜𝐢𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐞𝐥 𝐆𝐨𝐛𝐢𝐞𝐫𝐧𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐄𝐬𝐭𝐚𝐝𝐨𝐬 𝐔𝐧𝐢𝐝𝐨𝐬?
¿𝐂𝐮𝐚́𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐦𝐢𝐥𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐦𝐢𝐥𝐥𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐝𝐨́𝐥𝐚𝐫𝐞𝐬 𝐡𝐚𝐧 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚𝐝𝐨 𝐚 𝐦𝐚𝐧𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐩𝐨𝐥𝐢́𝐭𝐢𝐜𝐨𝐬 𝐜𝐨𝐫𝐫𝐮𝐩𝐭𝐨𝐬?
¿𝐂𝐮𝐚́𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐢𝐧𝐨𝐜𝐞𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐡𝐚𝐧 𝐦𝐮𝐞𝐫𝐭𝐨 𝐯𝐢𝐜𝐭𝐢𝐦𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐝𝐞𝐜𝐢𝐬𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐨𝐬 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐣𝐞𝐬?
Recordemos también, en el 2005, el caso de la francesa Florence Cassez e Israel Vallarta. Justo cuando existían las tasas más altas de inseguridad, principalmente en secuestros que aumentaron 317% durante el 2005 y 2010, fueron detenidos y encarcelados por Luis Cárdenas Palomino uno de los principales colaboradores de García Luna mediante un falso operativo montado por Televisa y TV Azteca.
A pesar de que Cassez fue liberada en el 2013, Israel Vallarta lleva más de 17 años en prisión SIN HABER RECIBIDO ninguna SENTENCIA.
𝐄𝐬𝐨 𝐬𝐮𝐜𝐞𝐝𝐞 𝐜𝐮𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐮𝐧 𝐠𝐨𝐛𝐢𝐞𝐫𝐧𝐨 𝐜𝐚𝐫𝐞𝐜𝐞 𝐝𝐞 𝐋𝐄𝐆𝐈𝐓𝐈𝐌𝐈𝐃𝐀𝐃.
Finalmente, en casos como estos es cuando queda de manifiesto que la estrategia de seguridad es muy importante para vivir en sociedades en paz y tranquilidad. Atender las causas y los efectos. Policías que se preparen para una carrera policial, equipadas, evaluadas, con mejores salarios y prestaciones.
Además, se requieren reformas a fondo respecto al sistema judicial y que los órganos responsables de crear y modificar las leyes lo hagan dejando a un lado la politiquería y que legislen en beneficio de los ciudadanos.
Esto es la 𝐜𝐮𝐚𝐫𝐭𝐚 𝐭𝐫𝐚𝐧𝐬𝐟𝐨𝐫𝐦𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧. Lo demás es farándula.
O, ¿𝐜𝐮𝐚́𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐆𝐞𝐧𝐚𝐫𝐨 𝐆𝐚𝐫𝐜𝐢́𝐚 𝐋𝐮𝐧𝐚𝐬 𝐯𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐚 𝐭𝐨𝐥𝐞𝐫𝐚𝐫?