La violencia que impera en México ha alcanzado a todos los sectores de la sociedad, entre ellos a los sacerdotes católicos y pastores evangélicos. Entre 1990 y 2017 se han registrado 70 homicidios contra miembros de la iglesia católica, la lista la encabezan, entre otros, un cardenal, 47 sacerdotes y cuatro religiosos.
La Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraternice) reporta a Chiapas, Oaxaca, Jalisco, Veracruz, Guerrero, Coahuila y Chihuahua como los estados donde más agresiones se han registrado.
La delincuencia no sólo ha afectado a los sacerdotes católicos, sino también a los pastores evangélicos que han sido víctimas de robos, secuestros, extorsiones y cobros por derecho de piso.
El fenómeno no sólo afecta a ministros de culto de manera directa, sino también al asalto de iglesias y templos con feligreses dentro.
En 2017 se abrieron más de 204 mil carpetas de investigación por diversos tipos de robos, incluidas algunas denuncias hechas por sacerdotes o católicos, según el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (Siame).
Arturo Farela Gutiérrez presidente de Confraternice, destacó que pastores evangélicos han padecido robos, secuestros, extorsiones, así como cobro por derecho de piso.
La Arquidiócesis de México ha señalado el robo de alcancías como el delito más común en las parroquias de la Ciudad de México, aunque también se registra el hurto de piezas de arte sacro y extorsiones por secuestros virtuales a los sacerdotes.
Por esa razón, preparó un protocolo de seguridad en las parroquias que comenzará a difundirse próximamente a través de Cáritas Arquidiócesis de México, abarca medidas tanto para los inmuebles como para quienes laboran en ellos y para los fieles.
(Con información de Vanguardia)