Noemí Bautista / Izúcar de Matamoros, Pue.
** Pacientes con problemas respiratorios de todo el estado son trasladados al nosocomio de este municipio **
Decenas de familias que tienen a un paciente internado en el Hospital General de Izúcar de Matamoros, donde atienden a personas con problemas respiratorios y con síntomas relacionados al Covid-19, viven momentos de tristeza, desesperación y esperanza.
En el transcurso de los días y las noches se observa el ingreso y salida de ambulancias, carrozas funebres, personal médico y de familias de los pacientes, quienes acampan en las jardineras, estacionamientos y algunos más duermen en sus vehículos, a la espera de recibir noticias positivas del estado de salud de sus familiares.
De acuerdo con la información oficial, con corte al jueves 11 de junio, en las tres áreas se encontraban 28 pacientes internados; aunque el número puede variar dependiendo las altas, ingresos y defunciones que se registran.
Hasta el lunes 8 de junio, iban 43 decesos de pacientes con diagnóstico confirmado de Covid-19. Aunque en los últimos días se han registrado más defunciones, algunas aún estan a la espera del resultado, para definir si las muertes fueron por este virus o en su caso descartarlas.
En la entidad poblana, de acuerdo con el resumen Ejecutivo del Panorama Epidemiológico, hay 4 mil 788 casos positivos de Covid-19, de los cuales mil 146 están activos, en 139 de los 217 municipios, hasta la fecha van 669 defunciones.
Días de angustia
Recostado al interior de su vehículo azul, estacionado afuera del Hospital, Óscar Huerta, originario de Puebla, accedió regalarnos una entrevista; narró que desde el martes fue ingresada su mamá a este nosocomio, luego de presentar complicaciones respiratorias y probables síntomas de coronavirus.
Contó la travesía para llegar al hospital de Izúcar. El joven platicó que realizó llamadas a hospitales en la capital del estado; fue un doctor particular quien le dijo que su mamá requería de oxígeno, por lo que acudieron paramédicos del estado para atenderla y ellos comenzaron a buscar un hospital donde pudiera internar a su mamá y el único lugar donde la aceptaron fue en el de Izúcar.
Mencionó que a su mamá le practicaron la prueba del Covid-19 y en un lapso de 24 a 48 horas le darían los resultados.
Con respecto a la atención en el Hospital de Izúcar, Óscar precisó: “la atención ha sido buena, las trabajadoras sociales han sido accesibles, con ellas hemos tenido comunicación para las recetas de los medicamentos y hacen lo posible para darnos la información sobre el estado de salud de nuestros familiares”.
Explicó que en el hospital pueden tener comunicación con su familiar a través de videollamada para platicar y ver su estado de salud; así mismo, los médicos les explican cuál es el estado de salud y el avance que tiene el paciente.
“Nos proporcionan a todos los que estamos esperando a nuestros familiares alimento, nos dan desayuno, comida y cena; aunque es un poco complicado, pero vale la pena la espera por ver a nuestro familiar recuperarse”, puntualizó.
Esperanza al final del túnel
Luego de estar internada una semana en el Hospital de Izúcar, la mamá de Odilia, de 69 años de edad, mejora lentamente, luego de haber contraído el coronavirus Covid-19; de acuerdo con los médicos, en los próximos días la podrían dar de alta.
Odilia es de Puebla, mencionó que desde hace 8 días su familiar se encuentra internado en el Hospital, luego de tener vómito y diarrea, desconociendo la razón de los síntomas en ese momento; pero la preocupación vino cuando le comenzó a dar temperatura, dolor en la garganta y problemas respiratorios.
Narró que cuando su mamá comenzó a tener los síntomas, acudieron al hospital General de Puebla, pero ya no contaban con espacio, por lo que la tuvieron que trasladar al nosocomio de Izúcar.
“A ella le practicaron la prueba Covid y dio positivo. Pero ya está mejorando y esperan que en los próximos días podamos irnos a casa; mi mamá se está recuperando, seguimos en fase amarrilla, pero está estable”, dijo.
Al preguntarle si sabe cómo se contagió su mamá, mencionó: “desconozco donde se haya contagiado, pudimos haber sido uno de los familiares, porque ella sí se cuidaba, no salía de la casa, pero los demás integrantes de la familia van y vienen”.
Relató que en el hospital todo el tiempo tienen que utilizar cubrebocas, lavarse las manos y sanitizarse contantemente para evitar que se contagien.
“En el hospital nos acondicionaron un espacio para bañarnos, no es lo más cómodo, pero es lo más fácil para no ir al centro. En ningún hospital de Puebla te ofrecen estas facilidades; por ejemplo, que te dejen estar cerca de tus familiares, que te presten una carpa para dormir y te den alimento”, finalizó.
El virus es real
Al preguntarle, sí cree en el virus, Óscar Huerta respondió: “al principio, como todos, estábamos escépticos, pero siempre tratando de acatar todas las medidas de prevención necesarias, mucha gente solo cree hasta que tienen un familiar cercano que lo está pasando y que lo vive”.
Ante ello, exhortó a la población a acatar las medidas de prevención necesarias, al agregar: “muchas veces nosotros no corremos el riesgo, pero podemos llevar el virus a nuestro familiar, mamá y/o papá y ponerlos en riesgo a ellos”.
Por su parte, Odilia, dijo: “desde que empezó esto siempre lo creímos, la información siempre estuvo en todos lados, sabíamos que nos podíamos contagiar de una o de otra manera, pero nunca te imaginas que te va a pasar a ti, luego la gente dice que no cree que exista y que nunca le va a pasar, pero eso es una mentira porque de alguna manera te toca.
“El virus es real, tan solo ver lo que está pasando en el hospital, que muchos están dando positivo, incluso fallecen; necesitamos seguir tomando las medidas de prevención”, dijo, Osíel Rodríguez originario de Calmeca, Tepexco, quien cuida a su familiar de 80 años, internado por problemas respiratorios, pero que no tiene Covid.
Tres áreas en el Hospital
Fuentes oficiales informaron que en el Hospital se dividieron tres áreas: verde, amarrilla y roja, para atender a los pacientes de acuerdo a los síntomas que presentan después de un diagnóstico.
Área Verde: Los pacientes ambulatorios, cuentan con síntomas respiratorios, pero están estables, no tienen dificultad para respirar. A ellos se les valora, se da tratamiento y se regresan a casa con indicaciones específicas. Se le toma muestra al 10% de los pacientes.
Área Amarilla: Los pacientes con síntomas respiratorios y con dificultad respiratoria, tienen que mantenerse en observación. A este tipo de pacientes se les toma muestra al 100% de ellos. El área está dividida a su vez en dos, en pacientes sospechosos de Covid-19 y pacientes confirmados.
Área Roja: Los pacientes confirmados de Covid-19 su estado de salud es grave, cuentan con vigilancia estrecha.
No alcanza a llegar al hospital
El atlixquense Ángel N. presentó síntomas de Covid-19 la madrugada del viernes; sin embargo, cuando iba a ser trasladado al Hospital General de Izúcar de Matamoros, falleció.
Justo a las 3 de la mañana, Ángel N. empezó a presentar dificultad para respirar, ante esto su esposa inmediatamente fue en busca de auxilio, de ahí comenzó el recorrido por diferentes clínicas donde fue rechazado por el cuadro respiratorio que presentaba.
En la última clínica a la que fue llevado, le explicaron que no estaban autorizados para recibir pacientes con ese cuadro clínico; sin embargo, le aconsejaron llevarlo al complejo médico Gonzalo Río Arronte, y finalmente fue ahí donde lo ingresaron.
Debido a la gravedad, de inmediato se realizó la solicitud para que fuera entubado, pero los médicos dijeron a la esposa que posiblemente sería necesario que fuera trasladado al Hospital General de Izúcar de Matamoros, donde se le realizaría la prueba del Covid-19, y al mismo tiempo fuera atendido en ese nosocomio; pero ante la gravedad del caso, al final no se pudo llevar a cabo el traslado.
A las 10 de la mañana Ángel murió, sin que lo entubaran y sin prueba de Covid-19; en su acta de defunción quedó asentado paro respiratorio y posible Covid-19; ante esto, la familia impidió que en el hospital lo cremaran y solicitó el cuerpo para darle sepultura.