** En la Mixteca, hay 24 productores en 8 municipios **
Miguel Cabrera / Chietla, Pue.
La producción de bagre y tilapia, es una alternativa económica para las familias de la región Mixteca. Una familia de Chietla, desde hace más de 6 años inició con una granja acuícola que se ha expandido con el paso del tiempo, vendiendo al mes mil mojarras.
Jaime Sánchez Velázquez, presidente de la Sociedad de Productores de Bagre en Puebla y dueño de la granja “El Oasis”, informó que en la región hay 24 productores en los municipios de Jolalpan, Chiautla de Tapia, Chietla, Izúcar de Matamoros, Tlapanalá y Acatlán de Osorio.
Expresó que algunos productores continúan con sus granjas; sin embargo, algunos dueños eran personas grandes y fallecieron dejándole a sus hijos el negocio, quienes ahora los están retomando y reactivando.
La Sociedad de Productores de Bagre tiene presencia en los estados de: Michoacán, San Luis Potosí, Tamaulipas, Guerrero y Puebla. Jaime Sánchez Velázquez, preside la sociedad en la entidad poblana y a nivel nacional es el tesorero.
Por desagrado al campo, empezaron la granja acuícola
En entrevista con Enlace Noticias, Sánchez Velázquez contó que emigró a Estados Unidos en busca del sueño americano, después de algunos años regresó a Chietla por su familia, y en ese país trabajó arduamente para ahorrar dinero. Cuando regresó, invirtieron sus ahorros en la granja.
“La idea de la granja nació porque a mi hijo le desagradaba trabajar en el campo, pero en su tiempo libre se iba a pescar en una presa que se encuentra cerca de donde vivimos.
Al platicar con él, le pregunté que si no le gustaba el campo entonces a qué se iba a dedicar; pero al percatarme que le gustaba la pesca, le sugerí que si creábamos una granja acuícola para producir bagre y tilapia; él accedió y fue cuando empezamos a trabajar”, comentó Sánchez Velázquez.
En dos ocasiones casi lo pierden todo
Don Jaime cuenta que cuando empezaron, no tenían muchos conocimientos en la industria, y en dos ocasiones casi pierden toda la producción. En la primera, porque se intoxicó el pescado, y en la segunda, a consecuencia de los fenómenos naturales.
A un año de haber empezado, comenzaron a registrarse problemas con los peces: “una mañana, un vecino nos dijo que nuestro pescado quería comer; pero como era muy temprano nos extrañó la situación; después supimos que lo que estaba pasando era que el pescado se estaba mareando, es decir, muriéndose”.