Emmanuel Anaya / Huaquechula, Pue.
El pasado 3 de mayo se llevó a cabo una de las mayores tradiciones de este municipio, la celebración de la Santa Cruz; una fiesta que conjuga la fe y devoción católica con la alegría y la hermandad de los huaquechulenses.
La festividad inició nueve días antes, el 25 de abril, pues, los mayordomos encargados de organizar los festejos, realizan un novenario a las cruces que salieron en procesión el 3 de mayo.
Fue a partir de las 5 de la madruga que se escucharon los cohetes, rosarios, mañanitas, música de viento, así como el olor a incienso y chocolate inundaron las principales calles de este lugar, pues, fueron colocados, como marca la tradición, los 17 altares con sus respectivas cruces de madera, que acompañaron la cruz de la iglesia principal en una procesión.
Cabe hacer mención que son 34 mayordomos los encargados de realizar las festividades; por cada cruz se dispone de dos, llamados mayordomo de primera o de chocolate y mayordomo de segunda o de mole.
En el primer rezo que se realiza en cada uno de los altares, los mayordomos de primera ofrecieron a los fieles devotos una taza de chocolate en forma de agradecimiento. En la calle salieron los contingentes con topiles llenos de chocolate, pan, tamales, atole, dulces y flores a bailar, lo que llenó de color y aroma las calles de Huaquechula y los visitantes se trasladan a un mundo místico y religioso.
Al mediodía, se realizó la tradicional procesión, en la que se exhibe la Santa Cruz de la iglesia principal de San Martín de Tours, la cual fue encontrada hace más de 200 años, y es acompañada por las 17 cruces que tienen a cargo los mayordomos; a su paso, un camino de flores que va guiando los pasos de las personas que llevan cargándolas, mientras que en el aire se llena de olor a incienso y en un solo coro los feligreses elevan sus plegarias al cielo.
Al concluir el recorrido, cada mayordomía con su respectiva cruz regresó a su esquina principal. Posteriormente, a las 3 de la tarde, salieron nuevamente a las calles para celebrar bailando; los danzantes del lugar llevan en las manos platos de mole, tortillas, pipián, tequila y dulces, mismos que son ofrecidos a los visitantes.
Finalmente, al caer la noche, se realiza una última misa en honor a la Santa Cruz y se queman los toritos, con ello se concluyen las festividades que dan identidad y tradición a los pobladores de Huaquechula.
Devoción a la Santa Cruz encontrada en el río
Cabe hacer mención que la Santa Cruz que fue localizada el 30 de agosto de 1807, es adornada con flores y es visitada por los devotos.
A través de relatos orales se conoce la historia de la Santa Cruz, que fue encontrada por el cacique don Bernardino Salamanca cuando labraba en uno de sus terrenos, ubicado a un costado del río Atila, vio la cruz y al intentar sacarla se percató que era bastante pesada, por lo que llamó a gente de la población para poder retirarla y desde ese momento comenzaron a venerarla.
Para 1810, el obispo González de Campillo ordenó que se llevara la Santa Cruz a la Ciudad de Puebla; después de un tiempo, los habitantes atribuyeron que por la ausencia de la Santa Cruz los fenómenos naturales golpearon el municipio, y por dicha razón fue regresada a Huaquechula con la incrustación de una astilla de la cruz verdadera dentro de la de piedra.
Feligreses del municipio y de diferentes partes del país asisten cada año a una feria que el pueblo realizaba cada 30 de agosto; sin embargo, se dejó de realizar y fue cambiada a la celebración nacional del 3 de mayo, día de la Santa Cruz y desde entonces esta fiesta católica tomó una relevancia mayor en esta tierra.