“El muro fronterizo es nuestra primera línea de defensa”, manifestó Donald Trump durante una corta visita a la zona fronteriza de Otay Mesa, en San Diego, donde examinó ocho estilos diferentes de prototipos de muros que prometió construir para mantener a raya a los inmigrantes ilegales y las drogas.
Los prototipos, diseñados por seis compañías con sede en Estados Unidos y presentados en octubre, se encuentran a varios metros de la oxidada valla existente, parten de una barrera que divide Tijuana de San Diego.
De pie junto a los prototipos, mientras los agentes de la patrulla fronteriza de Estados Unidos, cabalgaban a caballo, Trump discutió los méritos de varios diseños con funcionarios fronterizos, su jefe de personal John Kelly y el secretario de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen.
Durante su visita, Trump apuntó a las llamadas “ciudades santuario” en California, los gobiernos locales que se niegan a cooperar con los funcionarios de inmigración federales que buscan deportar a los inmigrantes ilegales.
“Las ciudades santuario están protegiendo a un horrible grupo de personas”, dijo, de acuerdo con citas que recoge Reuters. El presidente estadounidense ha mantenido sus quejas de que Los Ángeles, San Francisco y otras ciudades importantes están protegiendo a los inmigrantes ilegales que han cometido crímenes.
Trump revisaba el muro, en territorio mexicano un grupo de manifestantes gritaron consignas en contra de las pretensiones del mandatario estadounidense, todo en un ambiente pacífico, como pidieron los organizadores de las movilizaciones.
“No pagaremos tu muro” y “no somos enemigos de USA”, se leía en algunas de las grandes pancartas que colocaron sobre la valla ya existente, de acuerdo con un despacho de la agencia AFP.
Los manifestantes también quisieron quemar una piñata que lo representa, pero agentes de la policía federal mexicana les disuadieron, agregó AFP.
(Con información de HuffPost)