Por: Nicolás Dávila Peralta
El 1 de este mes tomó posesión el licenciado Miguel Barbosa Huerta como gobernador del estado de Puebla.
Tanto en su discurso en el Congreso del Estado, como en el pronunciado en el Auditorio Metropolitano, el nuevo mandatario señaló los principales objetivos de un gobierno que definió como “progresista con rostro humano y participación ciudadana”.
El nuevo gobernador aseguró que su gobierno se caracterizará por la austeridad, honradez, transparencia y por el combate a la corrupción.
En abierta crítica a los gobiernos anteriores, afirmó: “nunca más el poder para la venganza, nunca más para llevar a cabo espionaje, nunca más el poder para la infamia, para la persecución, nunca más el poder como modelo de negocio y forma de enriquecimiento”.
Una realidad, sobre todo en el sexenio del finado gobernador Rafael Moreno Valle, fue la persecución política que llevó a la cárcel e incluso a la muerte tras las rejas, de varios luchadores sociales.
Habrá que recordar al nonagenario líder social Delfino Flores Melga, encarcelado sin que se le comprobara delito alguno, quien a pesar de su edad murió en el penal de San Miguel, en la ciudad de Puebla.
Por eso, fue motivo de un aplauso de los asistentes al Auditorio Metropolitano el anuncio de que se abrirán los expedientes de las personas que están detenidas bajo la modalidad de delitos del fuero común, pero que en realidad se encuentran en esa situación por cuestiones políticas y sociales: “no más presos políticos encubiertos”, afirmó tajante.
Tanto en la sede del Congreso del Estado, como en su mensaje a los poblanos, Barbosa Huerta reveló que la deuda que le dejaron los dos gobiernos panistas asciende a 44 mil millones de pesos, por lo que anunció la realización de auditorías a los gobiernos que dejaron endeudado de esa manera al estado.
Anunció también el inicio de un proceso para revertir el decreto que creó al Organismo Público Descentralizado “Ciudad Modelo”, que privó de autonomía a San José Chiapa y municipios vecinos.
Puntos clave en su discurso fueron el problema de la seguridad pública y el de la pobreza. Sobre el primero, anunció una nueva estrategia de combate a la delincuencia que implica mayor número de agentes de seguridad, mejor equipo y preparación a fin de regresar la paz al estado.
En relación con la pobreza, Barbosa recalcó la capacidad productiva de los poblanos y llamó al sector privado a trabajar de manera conjunta para reactivar la economía de la entidad, con base en un Plan de Desarrollo Regional Estratégico.
Sin duda, los retos que enfrenta el gobierno de Miguel Barbosa son grandes.
Recibe Puebla con una deuda de 44 mil millones de pesos, el índice de inseguridad en continuo crecimiento, una aplicación discrecional de recursos y de obra pública en los gobiernos panistas que centraron su atención en limpiarle la cara a la capital del estado y volvieron la espalda a la necesidades prioritarias de las colonias marginadas de la ciudad y de grandes territorios del estado.
A estos y otros problemas, habrá que añadir las acciones de quienes a partir de 2018 se sienten despojados del poder y privilegios, así como a quienes no simpatizan con el gobierno federal y ahora también con el estatal, que estarán atentos a cualquier error que les permita atacar, que utilizarán las redes sociales para difundir noticias falsas y que, sin duda, organizarán marchas por cualquier motivo.
El reto, pues en grande y el nuevo gobierno requiere de un partido –el que lo llevó al poder- con madurez política para favorecer el gobierno progresista con rostro humano y participación ciudadana que ha prometido el gobernador del estado Miguel Barbosa Huerta.
Retazos
Y hablando de madurez política, la dirigente nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky, mostró sus pocas tablas políticas al publicar en su cuenta de twitter que Barbosa “se inspira en un filósofo contemporáneo, un humanista mexicano, un estadista, un gran político el Presidente Andrés Manuel.
Los elogios desmedidos al presidente en turno eran una costumbre despreciable del régimen priista; repetirlo hacia López Obrador por la presidenta de Morena en nada ayuda ni al Mandatario ni a su partido y sí es una muestra de sumisión.