Redacción / Puebla, Pue.
La noche del 18 de noviembre de 1910, el Centro Histórico de Puebla fue escenario del inicio de la Revolución Mexicana. La casa marcada con el número 4 de la calle Santa Clara, donde se encontraban Máximo, Aquiles y Carmen fue rodeada por 400 soldados del Ejército Federal y 100 policías, para aprehenderlos, pero esa noche fue asesinado Máximo, junto con otros compañeros, mientras que Carmen, su mamá y la esposa de su hermano Aquiles, fueron remitidas a la cárcel. Aquiles, un día después, fue encontrado y asesinado.
Según los datos históricos, Máximo, el menor de los hermanos Serdán, murió en ese enfrentamiento con los soldados, que duró poco más de cuatro horas. Aquiles logró esconderse por 14 horas en una abertura en el piso de su recámara hasta que una tos lo delató; fue asesinado en el comedor de la casa.
Un siglo después, las osamentas de los tres “mártires de la revolución” fueron sometidas a un minucioso análisis y conservación por restauradores del INAH, la cual arrojo nuevos datos del asesinato.
Lo que arrojó la investigación
El dictamen de los restos de los primeros mártires de la Revolución Mexicana corrió a cargo del Taller de Conservación y Restauración de Material Orgánico de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC) en coordinación con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la cual duró más de un año.
De acuerdo con los especialistas, dos de los tres cuerpos se encontraban en mal estado por la filtración de agua que sufrieron, mientras que el otro se conserva en buen estado. El organismo detalló que el esqueleto de Aquiles Serdán (1877-1910) tenía condiciones desfavorables de conservación, el de Máximo (1878-1910) tenía mejor apariencia y el de Carmen (1875-1948) se encuentra estable.
Los esqueletos de Aquiles y Máximo fueron depositados en un contenedor de metal, como parte del proceso de una segunda exhumación, por lo que en el del primer personaje se filtró agua lo que provocó “la disolución y recristalización de los minerales propios del hueso de manera heterogénea en la mayor parte del esqueleto”.
Explicó que también hubo pérdida de material óseo en las escápulas, costillas y muchos otros de los huesos se degradaron. De acuerdo con los especialistas el cráneo de Aquiles Serdán sufrió las mayores afectaciones, por lo que a fin de evitar fracturas, la intervención se realizará dentro del mismo contenedor en el que se encuentra hasta el momento.
El tratamiento científico reveló que los dos hermanos Serdán murieron por tiros en la cabeza: En el caso de Aquiles es una lesión en la parte superior del frontal y es de adelante hacia atrás (…) En el caso de Máximo, el orificio de entrada está en la parte medía del occipital y el de salida no está porque salió por una región blanda”, detalló el antropólogo Jorge Gómez Valdez.
Por su parte, Carmen Serdán murió varios años después: “Carmen murió años después, en su vejez, estaba afectada por la artritis, su columna está muy jorobada y su caja torácica modificada posiblemente a consecuencia de los corsets que utilizó por muchos años”, detalló.
Los restos regresaron a la ciudad de Puebla
Los restos mortuorios de los hermanos Aquiles, Carmen y Máximo Serdán Alatriste, revolucionarios y líderes del antirreeleccionismo maderista en Puebla, volvieron a casa en el 156 aniversario de la batalla del pasado 5 de Mayo. Sus urnas recorrieron las calles de la ciudad al frente del tradicional desfile, como un acto solemne de reconocimiento y homenaje.
Tras el proceso de restauración, los restos de cada uno fueron colocados en urnas de acrílico, y éstas dentro de otra de plata original que se encontraba en el monumento.