Redacción / Puebla, Pue.
A los 85 años de edad, murió monseñor Rosendo Huesca Pacheco, VII arzobispo de Puebla, informó la Arquidiócesis de Puebla. El prelado queda registrado en la historia como el patriarca de la reconciliación de los poblanos que años antes se habían confrontado y mantenido al estado polarizado frenando su desarrollo.
El sábado al mediodía se realizó una misa de cuerpo presente del prelado, en el Seminario Palafoxiano, del que fue rector. De acuerdo a lo informado por la arquidiócesis, la salud de Huesca Pacheco se había deteriorado, aunque permaneció lúcido hasta el final de sus días.
Huesca Pacheco nació el 1 de marzo en Santa María Ejutla, Oaxaca, y muy joven inició sus estudios en el Seminario Palafoxiano.
Fue nombrado arzobispo de Puebla en octubre de 1977 y dejó el cargo en 2009, con la llegada de su sucesor Víctor Sánchez Espinosa.
En ese periodo fundó proyectos de ayuda social como Cáritas, el Banco de Alimentos, casas y estancias para jóvenes, adolescentes y campesinos; asimismo impulsó proyectos de alfabetización y culminación de estudios básicos.
En su trayectoria al servicio de la Iglesia Católica, destaca el recibimiento que hizo en 1979 del papa Juan Pablo II durante su visita a Puebla, y de los participantes a la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano.
En 2007, el cardenal Norberto Rivera felicitó al oaxaqueño por su cumpleaños número 75 y le agradeció su respaldo mientras fungió como obispo de Tehuacán, donde supuestamente se cometieron abusos a menores de edad.
En el año de 2008 al cumplir los 75 años de acuerdo a los canones de la iglesia católica, presentó su renuncia, y fue hasta el 5 de febrero de 2009 cuando el papa Benedicto XVI designó a don Víctor Sánchez Espinosa como su sucesor, convirtiéndose en arzobispo emérito de Puebla.
Una de las acciones más loables del clérigo fue el trabajo de reconciliación con todos los grupos de católicos de Puebla, al saber entablar puentes de comunicación con grupos liberales y de otras religiones con lo que en todo momento sumó en favor de la paz.
Los últimos días del arzobispo vivió en una casa de la colonia El Carmen, en la ciudad de Puebla, con su señora madre Panchita y sus hermanas Reyna, Agustina y Carmelita.