Michelle Hoyos López / Izúcar de Matamoros, Pue.
Cuando era pequeño recuerdo que el padre de la iglesia de la colonia Rancho Juanitos impulsaba a los niños, y hasta cierto punto era una manifestación del amor de Dios a través de lo material. Les compraba una nieve, un tamalito, un atole, etcétera. Debido a mi corta edad no comprendía mi inclinación a la Iglesia, solo sabía que tenía que pertenecer a ella”. Así lo expresó Jesús Hoyos Rojano, más conocido como “Padre Jesús”, un sacerdote como ninguno.
Jesús Hoyos nació el 1 de Julio de 1988 en Izúcar de Matamoros. Hijo de Salomón Hoyos y Juanita Rojano, quienes fueron un motor fundamental en su acercamiento a la Iglesia y lo apoyaron en todo momento, fue el sexto de siete hermanos; actualmente cuenta con 31 años de edad.
Su interés por la Iglesia surgió a los 7 u 8 años de edad, cuando observaba cómo el sacerdote de su comunidad impulsaba a los monaguillos; sin saber la razón, él decidió que tenía que formar parte de ellos.Fue así que pidió informes a la encargada de la capilla para ser monaguillo.
Después de eso conoció el seminario, debido a que el padre Miguel Ángel Castro llevaba a los monaguillos al Seminario Palafoxiano, con el propósito que tuvieran un encuentro con más de 600 monaguillos
En esa época, para Hoyos Rojano era algo emocionante, ya que ahí es donde se forman los sacerdotes, donde viven los seminaristas.
A la edad de 14 años al finalizar la secundaria, acudió a un encuentro vocacional donde le comentó a su párroco, Lino Saldaña, que quería unirse. Lo que más fortaleció al Padre Jesús para seguir este llamado fue el amor incondicional de sus padres y de su familia.
Fue así que, a la edad de 14 años, él se fue al Seminario para cursar lo que vendría siendo el bachillerato. Su estadía ahí fue de 13 años, pues cursó el Seminario Menor, tomó un Curso Introductorio, estudió Filosofía, tuvo un año de experiencia vocacional, cursó cuatro años de Teología y realizó seis meses de Diaconado.
Sus inicios
Finalizando sus estudios, en el seminario en el año 2016, Hoyos Rojano llegó a la Ordenación, “donde el Señor le concedió el Diaconado”, como lo expresó el Padre Jesús. Pero no es hasta 2017 cuando le otorgan el Sacerdocio (cargo oficial del Padre). Actualmente Jesús Hoyos Rojano lleva tres años como sacerdote.
Debido a su corta edad, ha influido en muchos jóvenes, y con el tiempo ha ganado seguidores que toman muy en cuenta lo que él predica en la misa, por lo que lo consideran como un padre “excepcional”.
Se puede preguntar por él en la iglesia de la colonia Rancho Juanitos, o también en la Catedral Poblana, y en ambos lugares lo describen como un ser humano extraordinario, como un sacerdote singular, liberal de cierta forma; un consejero, un amigo, un padre como ningún otro.
El Padre Jesús comentó que el papel de su familia en todo este proceso fue fundamental: “El apoyo de los padres es demasiado grande, ya que cuando un padre apoya a su hijo en el proyecto que tiene de vida, surgen la esperanza, el amor y la pasión. Si mis padres no me hubieran apoyado, como consecuencia vendrían el desánimo y la tristeza, surgiría una depresión”.
Influyó también la oración, especialmente la oración de su madre, esa plegaria de fidelidad y de amor. Su madre fue el principal motor para impulsar su sueño de ser sacerdote algún día.
Mensaje a los izucarenses
“Confíen mucho en Dios, nos hace falta en nuestras familias. Lo dije cuando me ordené hace tres años: la confianza en Dios debe de ser lo primero.
Nuestras familias, que oren, que pidan al Señor mucho como padres a sus hijos e hijos por los padres, porque sin Dios no tenemos lo necesario; la oración es fundamental; y confiar mucho en el Señor. Nosotros podemos tener proyectos humanos, pero él tiene mejores proyectos para nosotros y hay que unir esos proyectos.
Siempre hay que preguntarle a Dios ‘Señor, ¿qué quieres de mí? ¿Qué quieres que yo haga este día?’ Y el señor te va a responder”, fue el mensaje que el sacerdote dejó a las familias izucarenses.
Concluyendo la entrevista concedida a Enlace Noticias, el padre Hoyos Rojano agregó que se encomienda mucho a todas las oraciones que le hacen llegar al Señor debido a este llamado, aunque también comprende el riesgo que corren muchos estudiantes de ir al extranjero.
Él jamás había pensado en esta oportunidad. Se ponía en el lugar de tantos jóvenes que salen, y de los migrantes, “hermanos que buscan una mejor vida, estar mejor, estudiar y dar lo mejor para ayudar a su familia”. Hoy, ese lugar lo ocupa él, con todo lo que esto implica, miedos, temores, nerviosísmo.
Por eso, hizo un llamado: “Les invito a todos que pidan al Señor por mí, por cada uno de nosotros. Nos encomendamos a sus oraciones, y créanme que yo siempre, en cada eucaristía, estaré pidiendo por todas las familias de Izúcar de Matamoros, por las familias que conozco, y principalmente por todas las personas que piden a Dios a cada momento por nosotros”, concluyó.
Tres sacerdotes mixtecos parten a Roma para el viaje de sus vidas
De manera inesperada, una oportunidad única llegó a la vida del padre Jesús Hoyos Rojano y de muchos sacerdotes más:
el arzobispo Víctor Sánchez Espinosa mandó llamar a tres sacerdotes mixtecos para comunicarles que tenían la oportunidad de ir a estudiar a Roma, Italia, al Colegio Mexicano. Además del Padre Jesús, los elegidos son el padre Atilano Chávez Rodríguez, de Chiautla de Tapia, y Rodolfo
Orozco Gil, de Coatzingo.
Cabe mencionar que, en el Colegio Mexicano, donde estarán durante 2 o 3 años, convivirán 100 sacerdotes, pero específicamente en esta generación son 56.
El pasado martes, antes de abandonar el país para viajar a Roma, a los sacerdotes les ofrecieron una misa de despedida en la Basílica de Guadalupe, donde se concentraron más de 500 personas, entre ellos familiares y amigos de los 56 padres. Entre la multitud se escuchaban gritos de alegría, pero también estaba presente la nostalgia entre sus familiares, porque estarán ausentes por un buen tiempo.
El padre Hoyos expresó que él está a la petición del arzobispo y del Espíritu Santo, para esta misión que el Señor les destinó. Mencionó que hay un poco de miedo al retirarse de su país por un periodo extenso, por dejar de ver a sus seres queridos, pero lleva consigo la fe en este acontecimiento, y el deseo de aprender de gente que lo llenará de conocimiento para ser aún mejor sacerdote
“Tengo la esperanza que el Señor es el que nos lleva, que nos dirige al camino que él desea; estoy a disposición de realizar la voluntad de Dios”, expresó el Padre Jesús en relación con esta oportunidad que el Señor le dio.