Las elecciones que en varios estados de la República se realizarán este 2017, son un anuncio de lo que se espera para las elecciones del próximo año, donde se elegirán: presidente de la República, senadores, diputados federales y en varios estados, como Puebla, gobernador, presidentes municipales y diputados locales.
El ejemplo más claro de lo que los partidos utilizarán como estrategias de campaña es el Estado de México, donde ya están definidas las candidaturas del PRI (Alfredo del Mazo), el PAN (Josefina Vázquez Mota) y Morena (Delfina Gómez Álvarez), mientras que el PRD aún no define cómo será finalmente su método de elección.
Apenas iniciado el mes de marzo, el gobierno del Estado de México ha iniciado una campaña de promoción de la obra pública ejecutada y por ejecutar en el estado, con la cual está bombardeando a los televidentes, tanto en los medios abiertos como en los de paga, que salvando las restricciones marcadas por la ley deviene en una promoción del voto para el candidato priista.
El mismo presidente de la República, originario de ese estado, realiza visitas no solo para inaugurar obras, sino también para anunciar beneficios, como el de vivienda, para todo el país.
Por otra parte, se han iniciado los ataques en contra de la candidata panista Josefina Vázquez Mota, revelando sus acuerdos con el gobierno federal para el financiamiento de un organismo de atención a migrantes que ella encabezó.
Y esto apenas inicia. En los siguientes días seremos testigos, sobre todo en las redes, de los ataques a la candidata de Morena y el incremento de los ataques al líder de ese partido, Andrés Manuel López Obrador, ataques que ya circulan en las redes sociales en contra de Alfredo del Mazo, a quien presentan como un junior “totalmente palacio”.
Así pues, la campaña electoral del Estado de México anuncia para 2018 unas campañas centradas en dos estrategias: el uso de los recursos públicos para fortalecer a los candidatos y los ataques a los otros contendientes para desprestigiarlos frente al electorado.
Sumado a estas dos estrategias, ya utilizadas desde la campaña presidencial de 2000, cuando Fox prometía acabar con las “alimañas y tepocatas”, en referencia al PRI, se continuará con la compra de votos a través de regalos y dinero en efectivo, estrategia dirigida a las clases económicamente menos favorecidas.
Lo único que hará falta son las propuestas claras que respondan verdaderamente a las necesidades de México para lograr un mejor nivel de vida de los habitantes, centrado en equidad, igualdad, justicia y transparencia. Lo que habrá son promesas que, como siempre, se olvidarán al llegar al poder o no serán viables por las circunstancias nacionales o internacionales a las que se enfrentarán los gobernantes.
Frente a este panorama es evidente que hace falta una verdadera educación cívica que conduzca al electorado a un conocimiento de sus obligaciones, pero también de sus derechos como ciudadanos.
Es necesario que el votante conozca realmente a los candidatos, su historia política, sus capacidades, sus conocimientos y habilidades para desempeñar el puesto para el cual pida el voto ciudadano.
Mientras el votante se deje llevar por los regalos (despensas, playeras, bolsas, mandiles, etcétera) o por la cara bonita, seguiremos padeciendo los efectos de ser gobernados por funcionarios incompetentes, legisladores ignorantes y alcaldes ambiciosos.