De padres poblanos y nacido en Ciudad de México, Manuel Castro cruzó la frontera de Estados Unidos por el desierto cuando tenía cinco años de edad, ahora se encarga del bienestar de más de tres millones de inmigrantes en Nueva York, al ser nombrado Comisionado de la Oficina de la Alcaldía para Asuntos del Inmigrante.
Castro vivió muchos años sin estatus migratorio hasta que en 2012 pudo beneficiarse de un programa conocido como DACA que le otorgó un número de seguridad social. Pero lleva décadas haciendo activismo a favor de los inmigrantes, que ha demostrado a muchos que el “sueño americano” es posible si a uno se le da una oportunidad.
Probablemente es el primer Comisionado que es el único miembro de su familia con un estatus migratorio regular: ni su madre, que cruzó la frontera con él cuando tenía cinco años, ni sus dos hermanos mayores, uno que trabaja en la construcción y otro en la industria gastronómica, lo tienen.
El mexicano, ha sido nombrado Comisionado en momentos en que una reforma migratoria para ayudar a legalizar a millones de migrantes en Estados Unidos es improbable y el país atraviesa una creciente inflación que aqueja a las familias de bajos recursos.
“A pesar de que estamos en una fase de recuperación de la pandemia, los inmigrantes son los que han sufrido más porque no han contado con el mismo apoyo que otros. Muchos quedaron fuera de los fondos de ayuda”, dijo Castro.
Su oficina se encarga de promover programas que ayudan a los inmigrantes y de garantizar acceso a información pública en numerosas lenguas, entre otras cosas. También aporta unos 10 millones de dólares cada año fiscal a grupos que ofrecen abogados gratis a inmigrantes para que puedan defenderse en las cortes migratorias.