** Expertos señalan que durante el confinamiento incrementó el estrés, la ansiedad y el miedo **
La pandemia del Covid-19 está cobrando una factura muy alta en la salud mental de las personas, pues la interrupción de las rutinas, la educación y la recreación, ha provocado preocupación por la crisis económica, la salud de la familia y el temor al futuro, repercusiones que podrían ser permanentes y derivar en trastornos mentales más graves para la salud.
Con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, celebrado el 10 de octubre, el psicólogo Primo Alberto León Torijano declaró que entre más se siga alterando la vida normal de las personas a causa del coronavirus, el sentir ansiedad, enojo, temor y frustración, serán cada vez más frecuentes y duraderos.
Destacó que, en los seres humanos, al ser entes sociales y obligarse a realizar estas restricciones, se provoca que se agudicen ciertos fenómenos que se encontraban reprimidos, y sobresalen comportamientos como estrés, ansiedad o violencia familiar.
Asimismo, señaló que los fallecimientos provocados por esta pandemia dejan en las familias sentimientos negativos, enojo e inconformidad, lo que termina atentando contra la salud mental de quienes sufren la pérdida.
El experto recalcó la importancia de afrontar la situación de manera responsable y con la mentalidad de que es transitorio y algún día las cosas mejorarán; es por eso que hizo un llamado para fortalecer las redes de apoyo y acercarse a sus seres queridos aprovechando la tecnología, no encerrarse en su mundo porque eso podría derivar en una depresión, que, de no ser atendida, crea patologías como estrés postraumático, el cual tiene síntomas y repercusiones en la vida.
Para 2030, la mala salud mental será causa de discapacidad
De acuerdo con información de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para 2030 se estima que los problemas de salud mental serán la principal causa de discapacidad en el mundo.
Esta conclusión surgió porque desde hace más de una década la OMS ha realizado diversos estudios que advierten que los problemas de salud mental, incluido el alcoholismo, están entre las tres causas principales de discapacidad a nivel mundial; entre estas también se encuentra la depresión, ocupando el tercer lugar, por ello, el análisis arroja que será en 2030 cuando estas enfermedades se coloquen en el primer lugar.
Asimismo, en dichos estudios, la organización reconoció que la mala salud mental es a la vez causa y consecuencia de la pobreza, mala educación, desigualdad entre géneros, salud deficiente, violencia y otras problemáticas mundiales.
Actualmente las personas que sufren problemas mentales son estigmatizadas en diversos sectores de la sociedad, provocando que sea un grupo expuesto a los abusos físicos, emocionales y sexuales, a la precariedad laboral, la intolerancia y el racismo.
Ante ello, se necesita un cambio de paradigmas; en el análisis de Genis Oña, investigador médico en la Universidad Rovira i Virgili, expone que se deben adoptar prácticas que traigan consigo más bienestar y felicidad, que promuevan el apoyo social y comunitario, y que incluyan aspectos físicos, psicológicos, familiares, comunitarios y culturales.