Juan Rubio / Tepalcingo, Morelos.
**Miles de peregrinos acuden a dejar su manda**
Noé López García, quien está a cargo de una cerería que data del año de 1912, en el municipio de Izúcar de Matamoros y que rinde honor al Señor de Tepalcingo, en entrevista para Enlace Noticias, recordó esta festividad que se lleva a cabo el tercer viernes de Cuaresma en honor al Señor de Tepalcingo y la cual dura alrededor de un mes, 15 días antes y 15 días después del tercer viernes.
“Es un Señor de la Caída que se celebra en Tepalcingo, Morelos, dado que es una imagen que es muy milagrosa, venerada desde el siglo XVI, y que se festeja una vez al año”, dijo Noé López.
En el sur del estado de Puebla se puede observar la afluencia de peregrinos del estado de Tlaxcala, y de municipios vecinos poblanos como Tecamachalco, Tepeaca, San Salvador Huixcolotla, por mencionar a algunos.
“Esta feria, a nivel nacional es la feria tradicional, de pueblo o de tianguis, más grande de la república mexicana en honor al Señor de la Caída”, aseguró López García.
“Actualmente, desconocemos mucho, pero estas rutas todavía se conservan y convergen en este municipio, partiendo de una religiosidad de la fe católica que mueve a México todavía”, dijo.
El Señor de Tepalcingo en Izúcar
En Izúcar de Matamoros, el Señor de Tepalcingo tiene también su mayordomía, la cual se encuentra en el barrio occidental de La Asunción.
López García comentó que la imagen que se encuentra en ese lugar es “una imagen bellísima también taumaturga, a la cual le encuentro algunos rasgos chinescos como si fuera oriental, y que porque las iglesias están dañadas la conservan en una capilla alterna que tiene”.
Asimismo, en el vecino municipio de San Felipe Xochiltepec, se realiza una fiesta en la que también veneran al Señor de la Caída, con la advocación de Señor de Tepalcingo.
A Tepalcingo, Morelos acuden comerciantes de Guerrero para vender sus jícaras, así como los baúles y charolas de Olinalá. En su peregrinación, antes acudían en burros o caballos, aunque hoy en día lo hacen algunos en bicicleta.
Hoy en día, aún se hacen las visitas tradicionales, como se hizo este lunes pasado en el municipio de Huehuetlán el Chico y Axochiapan, Morelos, y el miércoles de esta semana a Atlacahualoya.
Sismo del 2017 en Tepalcingo
El terremoto del 19 de septiembre destruyó el Santuario del Señor de Tepalcingo, pero no la fe de miles de peregrinos que este año se dieron cita en esta comunidad del oriente de Morelos para participar en la llamada Feria del Señor de las Tres Caídas.
Esta feria es considerada la cuarta más importante en el país, pues desde hace más de 300 años atrae a miles de peregrinos provenientes de los estados de México, Guerrero, Hidalgo, Tlaxcala y Puebla, entre otros.
Al Señor de Tepalcingo los fieles le atribuyen miles de milagros y una aparición en una capilla de la comunidad.
El terremoto del 19 de septiembre derribó 20 parroquias en Morelos y dejó daños severos en 123 de las 252 capillas, parroquias y templos que existen en la entidad.
El Santuario del Señor de Tepalcingo fue uno de los más dañados en el Estado, por eso los mayordomos y habitantes del lugar decidieron habilitar la Casa del Peregrino como santuario provisional.
Historia del Señor de Tepalcingo
La celebración comenzó por la aparición de una imagen a una niña en el año de 1523, a orillas del río que atraviesa Tepalcingo que se conoce como la Capilla del Señor Aparecido; creía que era un muñeco, así que jugaba con él en el río, hasta que un día se lo contó a sus padres y se dio a conocer la noticia en la localidad.
La imagen fue llevada al templo de Santa Cruz donde se conoció por la gran cantidad de testimonios de milagros y de la misma forma creció la afluencia de peregrinos, por lo que se decidió trasladar la imagen al templo de San Martín Obispo. Gracias a la cantidad de feligreses, el jefe político del pueblo de Zacualpan solicitó que la imagen fuera llevada a su localidad.
Los pobladores de Tepalcingo se opusieron a quedarse sin el Nazareno, pero posteriormente se decidió que fuera llevado al pueblo de Jonacatepec. Cuando se iba a trasladar la imagen, se volvió tan pesada que fue imposible cargarla; solo se volvía liviana cuando era llevaba al centro de la población, por lo que vieron que la imagen “había decidido” quedarse en Tepalcingo y que se le construyera un templo en ese lugar.