Hay alarma entre los usuarios del transporte público de la capital del estado (camiones, combis y taxis) por los frecuentes asaltos de los que son víctimas; en las mañanas, en las tardes, pero sobre todo en las primeras horas de la noche (entre 19 y 21 horas) sin que la policía se dé por enterada.
Suben jóvenes portando armas de fuego y amenazan a los pasajeros para que entreguen relojes, celulares y carteras o cualquier otra cosa de valor que lleven, sin que nadie pueda defenderse.
Es peligroso abordar un taxi fuera de la CAPU, ya que hay el peligro de que el chofer suba a dos amigos desviándose del camino, para asaltar al usuario y golpearlo si pone resistencia. Un amigo nuestro fue víctima de un asalto de este tipo; le quitaron su cartera con todos sus documentos, con dinero y además lo golpearon, le quitaron los zapatos y lo dejaron tirado en una calle apartada y solitaria.
Dos personas del sexo femenino, nos platicaron su experiencia. Un día jueves, al tomar el camión que realiza el servicio del Bulevar 5 de Mayo-Ciudad Universitaria, dos jóvenes con armas de fuego amenazaron a los pasajeros y en dos bolsas de plástico hacían recogida de celulares, collares, relojes y dinero en efectivo; cuando una de las pasajeras de edad avanzada, sufrió un desvanecimiento y la gente se alborotó, aprovecharon los asaltantes para huir.
El domingo, en la misma línea y como las 20:30 horas, la otra señora que nos contó lo ocurrido, viajaba ya con cierto temor, pues toda la gente sube con nerviosismo y a los pocos minutos subieron los asaltantes que se bajaron porque hubo algunos pasajeros que se les pusieron broncos y el chofer del camión les ofreció dinero para que bajaran y ellos aceptaron el arreglo.
Pero si esto sigue sin que las autoridades de Seguridad implementen un operativo para frenar que el mal se propague, después de las seis de la tarde, Puebla se va a volver una ciudad fantasma. Casi ninguna de las víctimas denuncia los hechos ante las autoridades, como ocurre con los pasajeros que viajan por las carreteras de la zona de Huauchinango y Xicotepec de Juárez, por desconfianza.
“Nunca hacen caso de nada y hasta se corre el peligro de que los delincuentes busquen a quienes los denunciaron, para vengarse”, nos dicen. De hace tres años a la fecha, la entidad poblana dejó de ser una entidad segura como se decía y ya está padeciendo el embate de la delincuencia organizada y no organizada por todas partes.
Por fortuna, el gobernador Antonio Gali está plenamente consciente de esto y ya empezó a combatir el mal con la detención de una banda de secuestradores, extorsionadores y huachicoleros en la región Oriental de Puebla.
Desgraciadamente, el mal ya está muy extendido en todo el territorio poblano y en la capital está creciendo desmesuradamente. La acción policial efectiva para detenerlo se hace muy necesaria.
El problema de Jolalpan, población del sur del estado, cuyos habitantes tienen un plantón frente al Congreso del Estado, está ya en vías de solución. Se inició un diálogo entre las autoridades estatales y los demandantes toda vez que el subsecretario general de Gobierno, Roberto Pedro Martínez acordó que los regidores pueden volver a desempeñar su actividad y recibirán sus respectivos salarios.
Respecto a la destitución del presidente municipal, Antonio Javana García, el funcionario de la Secretaría de Gobierno, dijo que eso no corresponde decidirlo a la dependencia y que habrá de seguirse un proceso ante la autoridad correspondiente (El Congreso del Estado) para estudiar si hay motivo para una destitución o no.
Los campesinos apostados frente al Palacio Legislativo ya sabían eso y por eso su protesta se ha estado realizando ante esa instancia.
Cuatro colonias del sur-oriente de la ciudad y el Cereso están sufriendo la escasez de agua, porque una máquina que trabaja en el reencarpetamiento del camino al Batán, rompió los ductos que llevan el líquido a las colonias La Galaxia, La Calera, Lomas de San Alfonso, la Guadalupana y el penal de San Miguel (Cereso).
En total, según informa la empresa Agua para Todos, están siendo afectados 11 mil habitantes que seguirán sufriendo escasez del líquido hasta que el desperfecto sea reparado.
Una línea de conducción fue rota por el peso de la máquina excavadora, misma que proporcionaba 35 litros por segundo a las colonias mencionadas.
La reparación se está haciendo con la mayor rapidez, colocando una tubería de polietileno de alta resistencia.