El obispo de Chilpancingo-Chilapa Salvador Rangel Mendoza , cuya diócesis incluye comunidades empobrecidas con una larga historia de cultivo ilegal, hace fuertes declaraciones buscando la ayuda del gobierno para terminar con la violencia que se vive en el estado de Guerrero.
En anteriores elecciones muchos actores políticos tenían como padrinos a señores del narcotráfico, por lo cual varios municipios andaban tras ellos, pero después de estas elecciones se ha dado el caso en algunas zonas del estado de Guerrero donde los narcotraficantes intervinieron abiertamente, adueñándose de algunas entidades y otros casos donde no pudieron entrar están buscando la forma de meterse, por ejemplo, llamando a ciertos presidentes electos para a hacer algunos acuerdos, declara el sacerdote.
Anteriormente el estado Guerrero era uno de los grandes productores de la heroína, se sembraba la amapola y la goma de opio era un gran comercio, pues es una heroína blanca muy pura que se venía a buen precio.
Desde hace dos años bajo el precio de la goma de opio, pagándose a 35 mil o 40 mil pesos paso a la venta en 3 mil y 3 mil 500, por lo cual la gente dejo de sembrar el producto.
Por este motivo el año pasado no hubo producción de amapola, pero este año volvieron a sembrarlo con la promesa de que se las pagarían a 19 mil pesos.
El obispo detalla que el 40 por ciento de los mexicanos que quieren entrar a Estados Unidos o piden asilo político son guerrerenses, esto se debe a que ya no producen la heroína debido a los bajos precios y la entrada de drogas más fuertes, quedando el opio fuera del mercado.
Ahora los narcotraficantes de Guerrero ven un negocio en las minas, de las cuales ya se están apoderando poco a poco.
Otra de las cosas de las cuales lo señores del narco se están adueñando son de los presupuestos municipales, interviniendo en las presidencias y pidiendo un moche. Por lo cual Rangel Mendoza pide a la Secretaria de Hacienda pongan vigilancia en los municipios donde se encuentra el crimen organizado.
Hay algunos municipios donde intervienen hasta tres grupos, a los cuales el presidente municipal les tiene que pagar.
“En vez de gobernarnos los políticos, van estará atrás los narcotraficantes, quien no solo piden tajada del presupuesto municipal sino piden algunas direcciones dentro del municipio” expresó el obispo de Chilpancingo.
El obispo agregó que los narcotraficantes controlan gran parte del comercio de la canasta básica, por lo cual pide una solución al gobierno.
Rangel Mendoza esta cociente que sus declaraciones son peligrosas y ponen en riesgo su vida, pero a pesar de su miedo sabe que vale la pena hacer algo por las personas y con esto pretende que las autoridades hagan algo contra esta situación y den una verdadera solución.
El obispo ha participado en varios diálogos de mediación con gente del crimen organizado, tratando de ayudar y coordinar grupos para evitar problemas.
El sacerdote pide a la nueva gobernadora electa de Guerrero Evelyn Salgado Pineda, que tenga paciencia y sabiduría para poder dialogar con todos los grupos para poder llegar a un acuerdo por el bien del estado.
Actualmente Guerrero necesita una ayuda desde el gobierno federal para evitar que la situación vaya empeorando, pues algún día esos grupos de delincuencia trataran de gobernar el país recalco el servidor de la iglesia.
Ante la frase del presidente Andrés Manuel López Obrador de “abrazo no balazos”, el obispo opina que es cuestión de perspectivas de la gente toma la frase.
Con los diálogos el obispo de Chilpancingo ha logrado pacificar algunas regiones, neutralizando a los actores más violentos del narcotráfico.