Nicolás Dávila Peralta / Punto de Vista
El 28 de abril, el presidente Andrés Manuel López Obrador entregó al Poder Legislativo su iniciativa de reforma electoral que comprende una transformación a fondo del sistema electoral, de la integración de las cámaras de Diputados y Senadores, y del financiamiento a los partidos políticos.
En la conferencia de prensa, la mañana de ese día, tres funcionarios del gobierno federal presentaron ante el presidente y ante la prensa los pormenores de esa reforma que será discutida en la Cámara de Diputados, como cámara receptora.
El secretario de Gobernación, Augusto López Hernández, presentó un resumen de los principales puntos que comprende la reforma:
La reducción a 300 diputados federales, en lugar de los 500 actuales.
La desaparición de los senadores plurinominales.
Reducción del número de consejeros electorales que serán elegidos por voto popular, a propuesta de los tres Poderes del Estado.
Reducción del financiamiento a los partidos políticos.
Garantía de mayor certeza en la participación de los ciudadanos, con el voto electrónico.
Horacio Duarte Olivares, miembro del equipo encargado de elaborar la iniciativa, explicó que ésta implica reformar 18 artículos constitucionales y la aprobación de siete artículos transitorios que va a contener esta reforma democrática.
En relación a las reformas el órgano electoral explicó que se propone sustituir al INE por un Instituto Nacional de Elecciones y Consultas, y reducir a siete el número de consejeros, en lugar de los 11 actuales.
Se federalizarían las elecciones, suprimiendo los órganos electorales estatales.
En los congresos locales se propone un mínimo de 15 y un máximo de 45 diputados.
El ahorro aproximado derivado de la reforma sería de 24 mil millones de pesos, dado que la iniciativa propone que el financiamiento a los partidos políticos se otorgue únicamente para las campañas electorales; además de que los tiempos de radio y televisión en tiempo electoral sean únicamente para los partidos y no para el instituto electoral.
Respecto a la reducción de legisladores, Pablo Gómez Álvarez, titular de la Unidad de Información Financiera, puntualizó que la reforma tiene como objetivo evitar el fraude electoral y elegir autoridades electorales honestas e imparciales. Además, señaló que “los partidos deben existir legalmente sólo con base en el voto popular que obtengan y las candidaturas independientes deben tener la suficiente cobertura para su existencia y representar a sus votantes en los órganos del poder al igual que los partidos políticos”.
Al desaparecer los legisladores plurinominales, desaparecen las cinco circunscripciones plurinominales.
El difícil camino de la aprobación
Como la reforma a la industria eléctrica, esta reforma electoral requiere la aprobación de las dos terceras partes de los legisladores, dado que comprende reformas a la Constitución Política del país. Esto implica, pues, el consenso con legisladores de otros partidos políticos diferentes al partido mayoritario. Y ahí es donde el camino para la aprobación de la reforma electoral se vuelve difícil.
En sí, la reforma electoral hace eco del sentir popular, sobre todo respecto al exceso de legisladores en las cámaras de Diputados y de Senadores, al despilfarro del gasto de los partidos políticos, a la existencia de minipartidos cuya única razón de ser son los recursos públicos que se les destinan, partiditos que nunca logran un lugar en el Congreso por votación directa, si no es como diputados plurinominales.
En fin, que México requiere una autoridad electoral verdaderamente imparcial y ciudadana, menos despilfarro de recursos públicos en elecciones y en partidos políticos que viven del presupuesto y se han olvidado de los aportes de sus militantes.
Pero serán sobre todo los intereses de estos partidos que se ven afectados por esta reforma los que impulsarán a las dirigencias a ordenar a sus legisladores que voten en contra, porque así lo requieren sus intereses personales y de partido.
Ahora que han visto la funcionalidad perversa de la coalición dirigida por la derecha empresarial que maneja como marionetas a las dirigencias del PRI, el PAN y el PRD, esa derecha constituirá el primer gran obstáculo a vencer para que esta reforma, reclamada largo tiempo por los ciudadanos, sea una realidad.
Será el reclamo ciudadano a través de los medios de expresión con los que cuenta y la madurez de los militantes de los partidos, quienes abran el camino para que México cuente con instituciones electorales y partidos que verdaderamente aporten a la consolidación de la democracia.