Redacción / Información nacional.
Un invierno seco y con temperaturas más frías de lo habitual podría afectar a México hasta abril de 2025, debido al regreso del fenómeno climático conocido como “La Niña”; así lo señaló Guillermo Murray Tortarolo, investigador del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad (IIES), quien explicó que esta condición ha provocado una persistente sequía en el noreste del país durante los últimos años.
Según Murray, “La Niña” se ha presentado de manera consecutiva desde el año 2020, lo que ha intensificado los periodos de sequía, particularmente en el norte de México, donde algunas regiones no han recibido lluvias significativas en casi cinco años. Hasta mayo pasado, el 90% del territorio nacional enfrentaba condiciones de sequía debido a la influencia de este fenómeno climático.
De acuerdo con reportes del Laboratorio Oceanográfico y Meteorológico del Atlántico (NOAA, por sus siglas en inglés), el invierno entrante está siendo marcado por la llegada de una nueva fase de “La Niña”, que podría traer bajas temperaturas, especialmente en el norte y centro del país, junto con un aumento en la frecuencia de frentes fríos con corrientes secas.
Estos factores limitarían las lluvias invernales, fundamentales para la recarga de acuíferos tras el fin de la temporada de huracanes.
Murray explicó que “La Niña” se caracteriza por el enfriamiento de las aguas del océano Pacífico, lo que en México se traduce en inviernos más fríos y secos. Algo que daría referencia a que los estados más afectados serían Sonora, Sinaloa, Chihuahua, Durango y partes de Baja California y Baja California Sur, aunque los efectos también se extienden a Estados Unidos y Canadá.
El especialista destacó que ésta ha sido una temporada sin precedentes, ya que “La Niña” suele durar dos años consecutivos, pero en esta ocasión se ha registrado en tres periodos desde el año 2020, y reaparece tras un breve paso de “El Niño” en este 2024.
No obstante, las regiones del Golfo de México y el sureste del país podrían experimentar una dinámica distinta, con lluvias más frecuentes, debido a la interacción de los frentes fríos y sistemas tropicales, lo que también incrementará el riesgo de heladas y nevadas.
Aunque no se ha establecido una relación directa entre el cambio climático y la intensificación de estos ciclos, Murray enfatizó que “La Niña” y “El Niño”, suelen alternarse cada 7 a 10 años, en fases negativas y positivas, respectivamente.
Ante este escenario, los expertos llaman a estar atentos a la evolución de este fenómeno y a tomar medidas preventivas, para mitigar sus efectos en las zonas más vulnerables del país.