Redacción / Información Nacional.
Durante la mañana del sábado 28 de septiembre, miles de ciudadanos se dieron cita en la capital para participar en la marcha “No al Desarme Ciudadano”, una manifestación que busca abogar por el derecho a la legítima defensa, y en contra de la reciente “súper reforma” a la Ley Federal de Armas de Fuego y Control de Explosivos.
Los participantes, en su mayoría tiradores y cazadores legales, expresaron su preocupación ante una iniciativa que consideran “excesiva”, y que podría vulnerar derechos fundamentales de los ciudadanos.
La reforma, enviada por el presidente Andrés Manuel López Obrador al Congreso, propone prohibir ciertos calibres de armas, y aumentar las penas para quienes no cumplan con las nuevas regulaciones. Se argumenta que el 93.96% de los homicidios dolosos entre 2015 y 2021 se cometieron con armas de fuego, lo que justifica un control más estricto.
Sin embargo, los manifestantes recalcaron que los tiradores y cazadores no son criminales, sino ciudadanos honrados que contribuyen a la economía del país, y que desean participar en actividades deportivas y recreativas de manera legal.
Entre las disposiciones más controvertidas de la reforma se encuentran la prohibición de calibres como el “9 mm, .357, y .22 Magnum”, así como la restricción de equipos que facilitan el uso de armas, tales como silenciadores y miras ópticas. Además, la propuesta establece que los poseedores de armas deben designar un “heredero”, para asumir la responsabilidad en caso de su ausencia.
Estas medidas han generado un fuerte rechazo entre los asistentes de la marcha, quienes argumentan que estas regulaciones no solo afectan la práctica del tiro deportivo, sino que también podrían poner en riesgo la seguridad personal de quienes las cumplen.
Los inconformes hicieron un llamado al diálogo, enfatizando que no están en contra de nuevas regulaciones, sino de aquellas que consideran que atentan contra sus derechos humanos y constitucionales. “Queremos hablar de su reforma”, expresaron, insistiendo en que es fundamental encontrar un equilibrio que permita el control de armas, sin eliminar el derecho a la legítima defensa.