El viernes 29 de abril el presidente Andrés Manuel López Obrador, sostuvo una llamada telefónica con su homónimo de Estados Unidos Joe Biden, la cual se enfocó en gran parte en el tema de migración y las medidas para reducirla.
Los funcionarios señalaron que, como países principales de destino, México y Estados Unidos necesitan buscar ampliar y hacer más eficaz a sus sistemas de asilo, combatir de manera común el tráfico humano y a la vez ampliar las vías legales para una migración ordenada.
También dijeron que continuaran evaluando su esfuerzo común para atender las “causas de raíz” de la migración a través de sus programas de colaboración en Centro América.
Resaltaron que el gobierno de Biden ha avanzado en reparar los mecanismos de la interacción bilateral oficial que no estaban funcionando bajo el gobierno anterior en Washington, ya que ahora se han rehabilitado las acciones para abordar desde la cooperación económica a la lucha antinarcóticos y el manejo de la migración entre otros, al “reconstruir la relación bilateral”.
Tras la llamada telefónica , López Obrador calificó la conversación con Biden como “cordial”, e indicó que el secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, visitaría Washington para avanzar “en temas de cooperación para el desarrollo y sobre la Cubre de las Américas”.
Por su parte la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki señaló “La mayor parte de la conversación fue sobre la migración y sobre el trabajo continuo en la coordinación, la coordinación económica, la adopción de medidas para reducir la migración a la frontera”.
Psaki describió la llamada como “constructiva”, agregó que parte del “seguimiento” de la llamada incluiría una “coordinación y discusión continua a un alto nivel” en los equipos de seguridad nacional de ambos líderes