Hipólito Contreras
Puebla, Pue.
**Por la pandemia bajaron las ventas hasta en un 50%: Arturo López Cano**
El barrio de La Luz en la Ciudad de Puebla durante muchos años se ha caracterizado por su artesanía de barro, misma que se ha llevado al país y al mundo; manos maestras, manos mágicas, que trabajan el barro igual como lo hacían las viejas culturas mesoamericanas. Hoy en pleno siglo XXI, esta vieja actividad está muriendo.
En las avenidas Juan de Palafox y Mendoza y la 2 Oriente, entre el bulevar 5 de Mayo y la 14 Sur, se ubican los puestos de alfareros, aún se ven los jarros, las cazuelas, los candelabros y otras piezas de barro elaboradas por artesanos poblanos; sin embargo, cada vez son menos, se trata de un grupo muy reducido, quizás, el último grupo de alfareros de la ciudad de Puebla.
Los alfareros del barrio de La Luz están abandonados a su suerte, no ha habido nadie en los gobiernos municipales y estatales que mire hacia ellos, que los apoye y rescate esta actividad que por muchos años se ha hecho.
Encontramos a don Arturo López Cano, presidente de los alfareros de La Luz, dirigiendo el trabajo de los artesanos; somos, expresa con orgullo, la quinta generación de artesanos del barro, “somos posiblemente los últimos en Puebla por el nulo apoyo de las autoridades.”
Frente a don Arturo esta el enorme horno de leña donde se ponen a cocer las piezas, el calor es enorme a unos cuantos metros.
Somos la quinta generación de artesanos
Desde los cinco años soy artesano, afirmó, soy la quinta generación, sólo aquí llevamos 200 años de trabajar el barro, mis hijos serán la sexta generación cuando ya no esté.
Cada vez, comentó, somos menos los artesanos, muchos ya murieron, otros se dedican a otras cosas; ya no hay espacios para seguir laborando, la mayoría se ha retirado, sólo quedamos nosotros que somos una sociedad y una familia, este es el único taller que sigue funcionando, hay otros hornos en el barrio pero ya no funcionan, ya los alfareros antiguos se han muerto.
Enfatizó que en parte la alfarería fue dañada por los nuevos productos como el peltre y el aluminio, los que han ido sustituyendo al barro.
La pandemia, otro factor que daño la actividad
Por la pandemia, puntualizó, bajaron las ventas hasta en un cincuenta por ciento; en los pueblos ya no hacen fiestas, esto ha bajado, por ejemplo, la venta de cazuelas; sin embargo, seguimos para irla pasando, a nosotros nos conocen por las cazuelas del barrio de La Luz.
Indicó que en la Ciudad de Puebla sólo queda este taller de alfarería; hay más, pero en el vecino municipio de Amozoc donde los artesanos enfrentan los mismos problemas.
Las autoridades no muestran interés por apoyar a los artesanos
Esto, dijo, desaparece poco a poco por falta de interés de las autoridades, muchas veces nos hemos acercado a ellas; cuando andan en campaña prometen, pero a la mera hora, cuando los buscamos ni nos conocen, ya ni nos acercamos porque ya sabemos que puras promesas.
Agregó que este taller fue expropiado para los alfareros del barrio de La Luz: “queremos que se haga lo que se tenía pensado, un taller escuela y un corredor artesanal; las autoridades vienen y van pero nada se hace, la actual presidente municipal nos visitó, nos dijo que ya va de salida y que ahí lo deja al siguiente”.
Nosotros seguimos con nuestro propio esfuerzo, me encanta mi trabajo, pero en estas circunstancias los hijos ya se están yendo, buscándole por otros lados, ya quedamos muy pocos, somo quince padres de familia los que integramos la sociedad.
Recuerda don Arturo que hace unos treinta años había unos quince hornos en el barrio, “hoy somos los únicos que quedamos, creo que en unos tres o cuatro años este taller también va a desaparecer; es una lástima porque somos una tradición de más de 200 años”
Un corredor artesanal puede ser un gran atractivo turístico
Destacó que si las autoridades apoyaran, en el barrio de La Luz se podría crear un corredor artesanal, lo que sería un atractivo turístico; sólo a nosotros, abundó, nos han visitado más de diez mil personas, a la gente le gusta mucho ver como trabajamos, a nosotros nos gusta mostrar lo que hacemos.
**Producir las artesanías es caro, pero no vendemos para recuperar la inversión**
Le pedimos apoyo económico a la presidenta Claudia Rivera, pero nos dijo que no, mejor apoyaron a los comerciantes del callejón de Variedades que no son artesanos, ya se dedican a la ropa, muchos requisitos nos piden para tener accesos a un crédito, aseveró.
Altos costos de fabricación
A veces, dijo, salimos a vender unas cazuelas, las cambiamos por otras cosas, hasta por tortillas, los materiales o insumos siguen subiendo de precio, por ejemplo, para dar brillo usamos la grieta, la leña es cara, por tarima cuesta 20 pesos, producir es caro, pero no vendemos.
Yo trabajo esto desde los cinco años, tengo 64, aprendimos a “patadones” de los padres, yo enseñé a mis hijos, pero ya no quieren seguir con la tradición, manifestó.
Reiteró que un corredor artesanal sería muy bueno porque llegaría mucha gente, mucho más que en El Parián, el corredor estaría integrado por talleres, exhibición y venta e información de cómo se elaboran las piezas.