Elizabeth Soriano / Tlapanalá, Pue.
Luego de que muchas zonas arqueológicas permanecieran cerradas por las restricciones de la pandemia del Covid-19, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) decidió abrir nuevamente las puertas de la zona arqueología de Tepapayeca, ubicada en el municipio de Tlapanalá.
La información la dio a conocer el INAH Puebla a través de un comunicado, donde detalló que la reapertura se realizará a partir de este 13 de abril, garantizando la seguridad y el bienestar del personal que ahí labora, así como de los visitantes.
Asimismo, expuso que el sitio podrá visitarse de lunes a domingo desde las 9:00 de la mañana hasta las 5:00 de la tarde y se aseguran estrictas medidas sanitarias para la protección de los asistentes y trabajadores.
Por ello se pide a los visitantes que porten en todo momento su cubre bocas, al momento de ingresar se tomará la temperatura y se aplicará gel antibacterial, además de que se hará el llamado de respetar la sana distancia y en caso de presentar síntomas, se tendrá que canalizar al paciente con el personal de salud para su atención.
Es importante recordar que la zona arqueológica se encuentra en el centro de Santa María Candelaria Tepapayeca, a 11 km de Izúcar de Matamoros, y de es fácil acceso, tanto en automóvil particular como en transporte público.
Importancia histórica
El nombre de Tepapayeca viene del náhuatl tepapa, modificación de tepan que significa “en las piedras”, la otra raíz es yeca, verbo que equivale a pisar, del que se hace el sustantivo “suelo”, así se traduciría “suelo cercado de tapias de piedra”.
Los habitantes del lugar, la mayoría hablantes de náhuatl, tienen otra versión, pues dicen que es “lugar bueno y sereno”, ya que señalan que se forma de la palabra tepapacca, que significa “tiempo sereno”, y del adjetivo yectli, que es “bueno”.
En el antiguo centro ceremonial de Tepapayeca se construyeron cinco edificios, de los cuales se pueden observar restos del templo principal. El sitio arqueológico se compone de varios basamentos y plataformas, la mayor parte de los cuales yacen bajo las casas actuales.
Los edificios fueron construidos con piedra bola de ríos y lodo, las paredes recubiertas con piedra labrada y al finalizar la construcción de aplicaba un aplanado de estuco; es ahí, sobre esa superficie blanca que decoraban con pintura de diversos coles.
Este sitio fue ocupado en el periodo Posclásico Tardío (1200 – 1521 d. C.), aunque siglos atrás la zona había sido escenario de migraciones, a través de las que se consolidaron múltiples alianzas; grupos como los pame-otomí, mazatecos, mixtecos y popolocas penetraron en esta área.
Dicha zona fue sometida por la triple alianza que estaba conformada por Tezcoco, Tenochtitlan y Tlacopan, con el fin de proteger la ruta comercial que tocaba el lugar y era de gran importancia para prevenir las invasiones de grupos mixtecos; por lo que existía una guarnición mexica establecida para custodiar la zona de Huaquechula y Tepeojuma cuya función consistió en evitar rebeliones en los pueblos dominados, así como evitar invasiones.