Juan Rubio / Izúcar de Matamoros, Pue.
La calidad de aire que respiramos en Izúcar de Matamoros podría provocar enfermedades cardiovasculares y respiratorias, así como de cáncer de pulmón, esto de acuerdo a The Weather Channel, el cual es una cadena estadounidense de pronósticos del tiempo lanzada en 1982.
Su reporte de Índice de calidad del aire contiene información del Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus para el 2021 o información modificada del Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus para el 2021.
Según esta cadena, en Izúcar de Matamoros, tan sólo este sábado 24 de julio la calidad de aire presentó por metro cubico 227.37 microgramos de CO (Monóxido de carbono), 50.76 microgramos de SO2 (Dióxido de azufre) y 7 microgramos de NO2 (Dióxido de nitrógeno).
También se detectó 55.83 microgramos de O3 (Ozono), así como 30.53 microgramos de PM10 (Partículas en suspensión menores a 10 micrones) y 16.56 microgramos de PM2.5 (Partículas en suspensión menores a 2,5 micrones).
The Weather Channel, catalogó como un peligro moderado la presencia de la Materia particulada (PM10 y PM2,5) en Izúcar “La calidad del aire es aceptable; sin embargo, algunos contaminantes pueden significar un riesgo moderado para la salud de una cantidad muy pequeña de personas que no suelen ser sensibles a la contaminación del aire”.
Estas últimas partículas que podrían ocasionar enfermedades mortales a los izucarenses, ya que esta contaminación, también conocida como materia particulada, se compone de un número de componentes, incluyendo ácidos (tales como los nitratos y sulfatos).
Esta contaminación contiene amoniaco, cloruro sódico, productos químicos orgánicos, metales, el suelo o partículas de polvo y alergenos (tales como fragmentos de esporas de polen o moho) y agua. Se compone de una mezcla compleja de partículas sólidas y líquidas de sustancias orgánicas e inorgánicas suspendidas en el aire.
Las “partículas inhalables gruesas”, tales como las que se encuentran cerca de las carreteras y las industrias generadoras de polvo, son mayores de 2.5 micras y más pequeñas que 10 micras de diámetro.
Por otro lado, las “partículas finas”, tales como las que se encuentran en el humo y la neblina, son de 2,5 micras de diámetro y más pequeñas. Estas partículas pueden ser emitidas directamente de fuentes tales como los incendios forestales, o se puede formar con los gases emitidos por plantas generadoras de energía, las industrias y los automóviles al reaccionar en el aire. Las partículas finas se inhalan profundamente y con facilidad en los pulmones, donde pueden ser acumuladas, reaccionar, ser eliminadas o absorbidas.
Los estudios científicos han relacionado la contaminación por partículas, especialmente las partículas finas, con una serie de problemas significativos de salud, incluyendo:
- La muerte prematura en personas con enfermedad cardíaca o pulmonar.
- Ataques cardíacos no mortales.
- Latido irregular del corazón.
- Agravamiento del asma.
- Disminución de la función pulmonar.
Aumento de síntomas respiratorios, tales como irritación de las vías respiratorias, tos, sibilancias y disminución de la función pulmonar, incluso en niños y adultos sanos.
Las partículas gruesas (como las que se encuentran en el viento y el polvo), que tienen diámetros comprendidos entre 2,5 y 10 micrómetros, son de menor importancia para la salud, a pesar de que puede irritar los ojos, la nariz y la garganta.
El camino que deben de recorrer las partículas de polvo para poder penetrar en el organismo es el siguiente:
Nariz: Es el primer filtro en el que el aire es calentado, humedecido y parcialmente desprovisto de partículas por impacto en las fosas nasales y sedimentación. Son eliminadas por estornudos, mucosidades, etc.
Faringe y Laringe: Aquí las partículas retenidas pueden ser expulsadas por vía salivar o vía esofágica.
Árbol traqueobronquial: Aquí las partículas por fenómenos similares a los anteriores son expulsadas al exterior por los cilios que tiene este aparato.
Alvéolos: Las partículas que han alcanzado la región alveolar, se depositan en las paredes, tanto por fenómenos de difusión como sedimentación. El mecanismo de expulsión es muy lento y sólo parcialmente conocido quedando la mayor parte de las partículas retenidas en las paredes alveolares.