Nicolás Dávila Peralta / Punto de Vista
Inician ya las campañas electorales a nivel estatal, donde los aspirantes de 12 partidos políticos buscan ser elegidos presidentes municipales, síndicos, regidores o diputados locales. En algunos distritos electorales locales y municipios la contienda será entre dos alianzas de partidos: Va por México, integrada por PRI, PAN, PRD y el apoyo de grupos empresariales e incluso religiosos de derecha, y Juntos Haremos Historia, compuesta por Morena, PT y Partido Verde. En otros, como en Izúcar, las alianzas no funcionaron como se esperaba y los candidatos a presidente municipal y diputado local se han multiplicado.
Para la presidencia municipal de Izúcar, inician campaña OCHO candidatos, unos con experiencia o capacidad profesional para desarrollar programas de gobierno coherentes con la realidad que vive el municipio; otros, sin embargo, carecen de lo mínimo para aspirar a gobernar un municipio con la importancia de éste que es el más importante del sur del estado.
La alianza Juntos Haremos Historia ha postulado a quien se ha desempeñado en la presente gestión como Síndica municipal: Irene Olea, quien lleva el apoyo de dos partidos de la alianza con presencia en el municipio: Morena y el Partido del Trabajo (PT).
En cuanto a la alianza Va por México, muy firme a nivel nacional e incluso en cuanto a las candidaturas a diputados federales por el estado de Puebla, en Izúcar solo va con dos partidos: el PRI, del cual es militante el candidato Lorenzo Suárez Estrada, y el PAN, con mínima presencia en la región.
El otro integrante de esta alianza nacional, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) decidió ir por su cuenta con Raúl Velázquez Melchor.
El resto de los partidos, la “morralla” de la política mexicana y local, decidieron lanzar candidatos propios.
El Movimiento Ciudadano (MC) y el Partido Social de Integración (PSI) decidieron resucitar al doctor Manuel Madero González; Fuerza por México, partido fundado por un político poblano, lleva como candidato al joven abogado Rubero Suárez Salgado; el Partido Verde postuló al abogado Noé Salinas.
El Partido Encuentro Solidario (PES) ligado a nivel nacional con pastores de iglesias protestantes, en Izúcar lleva como su candidato a la alcaldía a Manuel Aranza Huesca, vinculado políticamente con Morena; en tanto que el Partido Nueva Alianza postula a Ana Lilia Morán de los Santos.
El Partido Compromiso por Puebla, como en las tiendas de autoservicio donde se agotan las ofertas y los clientes se llevan lo que sobró, no tuvo más remedio que entregarle la estafeta al inspector del barrio de Santiago Mihuacán Ciro de Gante Fortozo, con la esperanza –al menos- de conservar su registro como partido estatal.
Sin duda, la contienda en Izúcar se dará entre la candidata del Movimiento Regeneración Nacional Irene Orea, Rubero Suárez Salgado, de Fuerza por México y el candidato de Va por México Lorenzo Suárez, si es que funciona la estrategia de la organización que lo apoya: el Movimiento Antorchista.
Puedo equivocarme, pero el resto de aspirantes únicamente lograrán quitar algunos votos a los candidatos punteros y en todo caso, provocar que la diferencia porcentual entre los posibles ganadores conduzca a judicializar la elección.
Hay que destacar que, en esta contienda electoral, se vuelve a poner en evidencia el deterioro del quehacer político en México. Los militantes de los partidos considerados grandes: PRI, PAN, PRD, han perdido sus principios ideológicos y borrado sus diferencias ideológicas para convertirse en instrumentos de poderes fáticos, sobre todo empresariales, en su intención de regresar a México al proyecto iniciado por Carlos Salinas y continuado por sus sucesores, cuyos resultados han sido el aumento de la pobreza, la corrupción, la impunidad y la violencia.
Así se explica que un priísta, un panista o un perredista no tenga empacho en ser candidato o apoyar a un candidato de un partido que en otro tiempo era su adversario.
Pero también se está dando el caso de individuos sin experiencia política, que sin pudor aceptan una candidatura para la que saben que no tienen ni capacidad ni honradez, pero les motiva el deseo de tener una migaja de poder.
En fin, el 6 de junio se verá cuál es la madurez política de los electores y su capacidad para emitir un voto pensando en el futuro del municipio.