** A pesar de que ahora tiene una familia y un negocio, no todo en la vida de don Ramón fue fácil **
Elizabeth Soriano / Izúcar de Matamoros, Pue.
No hay secretos para el éxito, éste se alcanza preparándose, trabajando arduamente y aprendiendo del fracaso, tal como lo hizo don Ramón Ríos Miranda, fundador de una de las tiendas que sigue siendo referencia para los demás negocios en Izúcar de Matamoros: “Telas Ríos”.
Desde 1960 ha sido ejemplo de lucha y perseverancia, pues a pesar de los cambios en la sociedad y la llegada de grandes empresas al municipio, don Ramón ha sabido mantenerse al nivel de la competencia, en variedad, precios y calidad.
A pesar de que ahora tiene una familia y un negocio establecido, no todo en la vida de don Ramón fue fácil, pues desde muy pequeño ha sabido que todo se logra con trabajo duro y perseverando.
Una infancia en medio de la pobreza
Don Ramón es miembro de una familia conformada por 3 hermanos y una mamá soltera que día a día luchaba por sacar adelante a sus hijos, a pesar de los conflictos bélicos que se vivían en su lugar de origen: Taxco, Guerrero.
En la época en que nació don Ramón, en 1932, aún predominaba la lucha por las tierras, por lo que muchas personas sufrían pobreza. En medio de los conflictos, solo tuvo la oportunidad de estudiar hasta tercero de primaria, aunque eso no obstaculizo sus metas de seguir adelante.
Cuando se presentó la oportunidad, junto a sus hermanos decidió buscar oportunidades en otros lugares; así llegó a la región Mixteca, en el estado de Puebla.
La necesidad lo obligó a emigrar
Ríos Miranda varias veces relato a sus hijos las razones por las cuales emigro a la región mixteca en Puebla, la más sobresaliente fue por las necesidades económicas que dejaron las secuelas de la revolución.
“Mi papá nos contaba que como eran campesinos, no había trabajo, muchas veces tuvieron que pedir comida; los conflictos por las tierras y la pobreza los hicieron emigrar”, expuso el hijo de don Ramón.
Cuando llegó a la región se dedicaba al ambulantaje, vendía distintos productos que le ayudaban a mantenerse él y sus hermanos ofreciendo variedad de ropa y accesorios para el hogar, en distintos lugares de la región, como Chiautla, Chietla, Atencingo e Izúcar de Matamoros.
Posteriormente, cuando conoció a su esposa, siguió con el negocio en las plazas, pero ya con la visión de querer establecerse en un lugar fijo, donde pudiera brindar un hogar a su familia.
Fue así como llegaron a Izúcar de Matamoros, donde en 1960 iniciaron su pequeño negocio, al cual llamaron “Telas de Rio Blanco”, mejor conocido ahora como “Telas Ríos”.
Los retos de perseverar
A partir de ahí se enfrentó a muchos retos, sobre todo a la demanda de sus clientes, quienes día a día solicitaban variedad de telas, algunas escasas, como la que se utiliza para el traje de la China Poblana.
“Hay cortes que se hace más complicado conseguir, porque a veces no hay y son pocas las fábricas que lo producen, es por eso que los precios también se elevan; por ejemplo, la tela del traje de la China Poblana, es cara, además de que se agregan los detalles como la lentejuela; pero a pesar de ser difícil se consiguen, para estar a la altura de la competencia”, destacó.
Del mismo modo, con la pandemia del Covid-19 también se vio afectado; sin embargo, ha buscado la manera de sobrellevar la crisis, pues ha aprovechado la oportunidad en la elaboración de cubrebocas, pues muchas personas han optado por comprar la tela y los elásticos para elaborarlos, lo cual él ha ayudado durante la pandemia.
Actualmente don Ramón tiene 88 años, pero eso no le ha impedido seguir al pendiente de su negocio, pues a pesar de su cansancio por el paso de los años, todos los días se sienta en la puerta de su tienda a ofrecer la variedad de telas con las que cuenta, atendiendo a la gente con amabilidad.
Su hijo, quien también lleva el nombre de Ramón Ríos Miranda manifiesta con orgullo el legado que le ha dejado su padre, pues siempre les ha inculcado el trabajo duro y la perseverancia.
“El ejemplo que me dejó mi papá es trabajar por lo que quieres; si no trabajas no alcanzaras tus metas; a pesar de que solo estudió parte de la primaria, a pesar de venir desde abajo, siempre me enseñó a trabajar; me exigió, como cualquier padre, a trabajar por lo que quiera”, finalizó.