Seis hombres fuertemente armados invadieron el domicilio particular del coordinador general de este periódico, ENLACE de la Mixteca, Miguel Hoyos Bravo, golpeándolo con la cacha de las pistolas que portaban, faltándole al respeto a su esposa y a sus trabajadores que protestaban por la agresión. Lo amarraron y sustrajeron de su hogar dos pistolas 38, debidamente legalizadas y objetos de valor.
Dijeron que iban a ejecutar una orden de aprehensión dictada por un juez federal por supuestos delitos que Miguel Ángel no ha cometido en ningún momento.
Tanto al agredido como a su esposa, les quitaron sus respectivos celulares para que no pudieran pedir auxilio. Uno de los golpes que le propinaron a nuestro coordinador general, lo hicieron caer, privándolo del conocimiento por unos momentos; cuando volvió en sí, pudo desatarse y salir corriendo de su casa.
Después de cometer su fechoría, los delincuentes, porque seguramente que policías no eran, abandonaron la casa y se olvidaron de la supuesta orden de aprehensión.
Los hechos tuvieron lugar alrededor de las 9:30 de la mañana.
El gobernador del estado, Antonio Gali Fayad, andaba en una gira por el rumbo de Oriental, supervisando, junto con el Secretario de la Defensa, el avance de las obras de construcción de una fábrica de armas y otros materiales para el Ejército Nacional, que se construye, donde el gobierno del licenciado Mario Marín Torres inició la famosa Célula y que al ser abandonada las ya iniciadas obras de ese centro aduanero a donde concurrirían los transportes de mercancías llegadas a Veracruz del extranjero o de todo el país para el extranjero, el actual gobernador aprovechó la circunstancia para que la Secretaría de la Defensa Nacional, decidiera construir ahí, aprovechando lo ya hecho, la fábrica que el Ejército y la Marina requieren.
El gobernador llegó directo de la región de Oriental y Libres, después de despedir al secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, a Casa Puebla, donde estaban reunidos unos doscientos periodistas poblanos en una comida invitada por el jefe del Ejecutivo y su esposa, Dinorah López, con motivo del fin de año.
Poco después de su arribo al lugar donde se llevó a cabo el convivio, fue enterado del acontecimiento ocurrido en Izúcar. Habló con éste columnista, llamó al Secretario de Seguridad, Jesús Morales Rodríguez, ahí presente y demandó una rápida investigación de los hechos.
Ya la investigación se había iniciado, dijo el titular de Seguridad y que al parecer se trataba de la ejecución de una orden de arresto dictada por un juez federal.
El problema es que no se conoce el o los delitos de los que se acusa a Miguel Hoyos Bravo. El afirma no tener nada, absolutamente nada que esconder. Pero suponiendo que lo de la orden de aprehensión fuera cierto ¿invadiendo hogares de familias conocidas y respetadas de una comunidad, golpeando al supuesto acusado, faltándole el respeto a su esposa y a sus trabajadores, golpeando a quien supuestamente van a detener, amarrándolo, sustrayendo objetos de valor de su casa, entre ellos dos armas de fuego es como se ejecutan esas órdenes de aprehensión?
Todas esas preguntas quedaron sin respuesta y el gobernador Antonio Gali, exigió una amplia investigación y se comprometió a que los hechos delictivos de que damos cuenta, no quedarán impunes aun en el supuesto caso de que quienes los hayan cometido, sean realmente policías.
Miguel Hoyos, con quien hablamos poco después, pidió que lo investiguen sobre los supuestos delitos de que lo acusan y que se presenten las pruebas. Él está dispuesto a comparecer ante cualquier autoridad judicial para responder a cualquier acusación, si realmente existe.
Pero también exige justicia, porque no es posible que vivamos en un país que se dice democrático, y en el que prevalecen procedimientos del siglo XIX para impartir justicia.
Antonio Gali se mostró preocupado por este caso y aseguró a este columnista y a otros periodistas que lo rodeábamos, que este delito no quedará impune, una vez que las cosas se aclaren.
Desde aquí expresamos nuestro agradecimiento a los compañeros periodistas de Puebla, que se han mostrado preocupados por esos hechos y que incluso a través de sus medios, especialmente electrónicos, los están difundiendo ampliamente.
Confiamos en que las autoridades estatales sabrán dar solución al problema y que la investigación que ya se realiza, continuará hasta dar con los culpables y llevarlos ante la justicia.